Joseba Salbador Goikoetxea

La innovación, ahora más importante

«La innovación es absolutamente imprescindible, no hay soluciones a problemas con recetas viejas». Es la principal conclusión del proceso de reflexión abierto por la Agencia Vasca de la Innovación-Innobasque con el objetivo de abordar entre sus más de 900 organizaciones socias la crisis socioeconómica generada por la pandemia del covid-19.

Leire Bilbao, directora de Innobasque, la Agencia Vasca de la Innovación. (Luis JAUREGIALTZO/FOKU)
Leire Bilbao, directora de Innobasque, la Agencia Vasca de la Innovación. (Luis JAUREGIALTZO/FOKU)

La primera iniciativa de este proceso de reflexión tuvo lugar a finales del pasado mes de abril y consistió en un seminario web (webinar) en el que, bajo el título ‘El papel de la innovación en el nuevo escenario’ y ante más de 400 seguidores, intervinieron la directora de Innobasque, Leire Bilbao, el presidente del think tank Enovating Lab y vicepresidente senior del Grupo Keralty, Jon Azua, y el presidente de Petronor, Tecnalia e Ibil, Emiliano López Atxurra.

El objetivo consiste en abordar una crisis que, como indicó Leire Bilbao, «nos obliga a reconstruir el tejido empresarial, institucional y social de un país en el que de pronto han cambiado las prioridades de lo público y lo privado». Azua y López Atxurra coincidieron con Bilbao en que la innovación «va a tener aún más importancia que antes de la pandemia. Es la llave para recuperarnos en el corto plazo y la clave para posicionarnos en una Europa que, aunque será nueva porque deberá afrontar muchas transformaciones surgidas de esta situación, continuará siendo nuestro espacio de referencia y competencia», subrayaron. 

Leire Bilbao insistió en la presentación de la jornada en que esta «reconstrucción» forzada por la crisis sanitaria y sus repercusiones socioeconómicas ha de encararse «como una oportunidad para aprender y replantearnos tanto las estrategias para proteger nuestras industrias y servicios y de búsqueda de nuevas oportunidades como las debilidades puestas ahora en evidencia». Retos para los que harán falta «soluciones innovadoras que nos redirijan hacia la nueva realidad» y que necesariamente pasan por «desbloquear las inversiones en I+D+i tanto públicas como privadas». 

«La pandemia va a ser un gran acelerador de tendencias que ya existían», coincidió con ella Jon Azua. «El modelo de globalización, el papel de las administraciones públicas en la toma de decisiones críticas cuando el mercado no es capaz de dar respuestas o los mecanismos para la protección de los más vulnerables, ya eran temas sobre los que se hablaba, pero ahora hace falta afrontarlos de verdad. Esta crisis nos alerta sobre la necesidad de tomar decisiones y estas decisiones tendrán que ser necesariamente innovadoras», explicó. 

A esas reflexiones previas que la pandemia ha convertido en urgentes, López Atxurra añadió «la reformulación de la cadena de valor industrial asentada en la década anterior. Ya estaba siendo cuestionada por sus costes laborales y medioambientales, y ahora que hemos visto que no tenemos la capacidad necesaria para producir con la intensidad debida el material sanitario imprescindible también lo será, porque ha resultado inadecuada para cumplir con un principio fundamental del tratado fundacional de la Unión Europea como es la protección de la salud», matizó. 

Posicionar la industria vasca

En su opinión, todas esas cuestiones dibujan un nuevo escenario mundial que solo se puede afrontar «con nuevas recetas». Es decir, que «la innovación es absolutamente imprescindible. Debemos quitarnos el bloqueo mental o la sensación de que no vamos a ser capaces, porque el que no innova muere. Quizá no en el corto plazo, pero sí en el largo», sentenció.

«Es verdad que no podemos vivir de la herencia, que tenemos que construir la herencia de las generaciones futuras, pero si en Euskadi tenemos algo es capital humano y experiencia innovando en situaciones difíciles. Ya lo hemos hecho antes y eso nos permitió salir adelante con cohesión. En otras ocasiones ya tuvimos una mirada que alzó la vista, que vio qué pasaba y qué se hacía en el mundo», señaló poniendo como ejemplo el cambio de modelo económico que supuso la construcción del Guggenheim. «Ahora nuestra mirada tiene que dirigirse a las regiones más competitivas de Europa, frente a cuya industria tenemos que posicionar la nuestra para que llegue a ser una referencia. Tenemos las herramientas, pero no músculo suficiente, por lo que necesitamos una gestión diferente, que haga introspección para ver qué tenemos y qué no y, a partir de ahí, buscar respuestas innovadoras», insistió. 

Jon Azua, vicelehendakari del Gobierno Vasco cuando se decidió la construcción del Guggenheim, coincidió con López Atxurra en que «hay que mirar al pasado para saber que se ha sabido responder a situaciones críticas, pero no para recuperar viejas fórmulas. Este país ha sido pobre durante gran parte de su historia y salir fuera, observar y mantener la vocación de aprendizaje permanente nos ha permitido siempre salir adelante. Ahora toca volver a buscar nuevas soluciones en modelos de gestión públicos y privados, en las relaciones entre ambos, en la creación de alianzas y redes, en la formación, en la forma en la que las innovaciones llegan a las pymes…».

«Nos va a hacer falta coraje para tomar decisiones arriesgadas en lo individual y lo colectivo –añadió Azua–, pero también sabemos que podemos tomarlas aprovechando nuestras fortalezas, que también las tenemos y son muy importantes, como una serie de valores sociales, de organización y funcionamiento, y una capacidad industrial que es nuestra mayor fuente de innovación tecnológica y aprovechamiento de nuevas tecnologías».

Leire Bilbao puso fin al seminario insistiendo en que «vamos a necesitar fortaleza, esfuerzo, inspiración, optimismo, humildad y generosidad, pero sobre todo mucha colaboración».