Mikel Insausti
Crítico cinematográfico

«Let Him Go»

Otro estreno que ha sufrido retrasos, como la mayoría de las películas procedentes de la industria de Hollywood, pero que se anuncia por último para finales del mes de mayo. La espera se ha hecho larga, porque se trata de una grata e inesperada sorpresa en forma de sólido neowestern de ambiente crepuscular y factura clásica a lo Clint Eastwood. Resulta más raro viniendo de Thomas Bezucha, un cineasta que hasta la fecha no había llamado mucho la atención, con las tres discretas comedias ‘Big Eden’ (2000), ‘La joya de la familia’ (2005) y ‘Monte Carlo’ (2011). Ha destacado más como guionista, dentro de la especialidad de adaptador de novelas ajenas, labor que ha desempeñado con profesionalidad para el veterano director británico Mike Newell, cuando puso en escena el libro de Mary Ann Shaffer y Annie Barrows ‘La sociedad literaria y el pastel de piel de patata’ (2018), y más recientemente para el tándem formado por Maya Forbes y Wallace Wolodarsky, que se inspiran en un texto de Ann Leary para su comedia negra ‘The Good House’, que todavía no tiene fecha de estreno y está protagonizada por Sigourney Weaver y Kevin Kline.

Y sí, ‘Let Him Go’ (2020), que en su versión doblada se va a titular ‘Uno de nosotros’, parte de un magistral guion de Bezucha basado en una novela de Larry Watson ambientada en el emblemático año de 1963, el de la muerte de Kennedy, que supuso para la sociedad estadounidense de la posguerra un golpe de realidad del que ya no se iba a reponer, y tal como se ve reflejado en la situación actual.

Esa pérdida de la inocencia se refleja a través de un argumento que muestra el lado más duro y violento de un mundo rural que ha perdido todo el romanticismo de la colonización del Viejo Oeste, y que describe el modo en que los nativos americanos fueron desplazados por el hombre blanco, y con ellos los granjeros que levantaron su sueño de futuro con el trabajo de sus propias manos y no mediante el uso de la fuerza y la usurpación de propiedades.

La honesta familia Blackledge, a cuya cabeza se encuentra el matrimonio que integran George (Kevin Costner) y Margaret (Diane Lane), se enfrenta al corrupto clan rival Weboy por la custodia legal de su nieto. Al frente de esta banda, que recuerda a la de los Grissom de la película de Robert Aldrich, se encuentra Blanche (Lesley Manville), que es una especie de Ma Baker en la caracterización que Shelley Winters hiciera a las órdenes de Roger Corman en ‘Bloody Mama’ (1970). Las escenas en que chocan frontalmente, sobre todo aquellas en que se sientan a la mesa, son de una tensión más cortante que un cuchillo de doble filo.

Pero George y Margaret tienen una misión sagrada que cumplir, porque de otra manera no podrán superar el dolor de la pérdida de su hijo. Se trata de recuperar al nieto que les dejó, pero su nuera Lorna (Kaily Carter), después de enviudar se volvió a casar con un Weboy, el peor de todos, llamado Bill (Jeffrey Donovan). Saben a ciencia cierta que maltrata a su mujer, que la tiene literalmente atemorizada y secuestrada, junto con el niño.

Lo que hay de thriller de venganza en ‘Let Him Go’, ya que George es un sheriff retirado que renuncia de forma consciente a una jubilación tranquila llevado por su sentido del deber familiar, conlleva un aire fatalista de fondo, con mucho de autoinmolación o sacrificio personal frente a lo inevitable.

Las interpretaciones de Kevin Costner y Diane Lane, al igual que la de sus antagónicos Jeffrey Donovan y Lesley Manville son antológicas. Representan dos mentalidades opuestas en colisión, porque a George y Margaret les guía el espíritu de los viejos colonos que amaban su tierra, y que ahora se ven despojados de su esencia. De ahí que solamente se identifiquen con el nativo Dragswolf (Booboo Stewart), que vive en las llanuras, espléndidamente fotografiadas por Guy Godfree, como un nuevo nómada que huye de la crisis y la involución social que tanto le perjudica.