El Tribunal Superior de Justicia de Canarias (TSJC) ha informado este jueves noche de que, a falta de pruebas médico forenses más determinantes, el cuerpo hallado en el mar corresponde «prácticamente con toda seguridad» a Olivia. Es la niña de seis años que desapareció junto a su hermana, Anna, de uno, y su padre, Tomás G., en Tenerife.

El cuerpo ha sido hallado por el robot del buque de búsqueda Ángeles Alvariño a mediodía de hoy a unos 1.000 metros de profundidad a unas tres millas de la costa tinerfeña y se encontraba en el interior de una bolsa de deportes amarrada a un ancla, informa el Tribunal Superior de Justicia de Canarias. Junto a ella se encontraba otra bolsa de deportes vacía.

El terrible hallazgo viene a confirmar uno de los crímenes machistas más salvajes producidos en el Estado español en los últimos tiempos. La madre de las pequeñas apuraba las opciones de que todo lo advertido en la zona fuera simplemente una maniobra de distracción del hombre para tapar una huida con las niñas, todo ello tras una separación convulsa, pero la peor hipótesis viene a apuntalarse.

Desde el pasado 30 de mayo el buque del Instituto Español de Oceanografía rastreaba el litoral de Tenerife en busca de algún rastro de Olivia y de Anna, ante la posibilidad de que el hombre las fuera arrojado al mar y quizás se haya suicidado después.

El padre de las menores fue visto por última vez en la marina de Santa Cruz de Tenerife cargando su lancha con varias bolsas y llegó a zarpar hasta en dos ocasiones, aunque nunca fue visto con las menores.