Maitane Aldanondo

Sensores reutilizables para limitar la pérdida de alimentos

La startup bizkaitarra CLCircular desarrolla soluciones de digitalización para la cadena logística. Mediante ecodiseño y circularidad ha creado unos dispositivos de varios usos que monitorizan la carga durante su transporte, lo que supone reducir el desperdicio en el sector alimentario.

Parte de la plantilla de  CLCircular, en Mungia. (Aritz LOIOLA/FOKU)
Parte de la plantilla de CLCircular, en Mungia. (Aritz LOIOLA/FOKU)

Hasta un tercio de los alimentos que se produce a nivel mundial se pierde cada año desde la granja al plato. Un desperdicio que puede reducirse mediante sensores que controlen la cadena de frío durante su transporte. A esto se dedica la empresa de Mungia CLCircular, con una particularidad importante: emplea dispositivos reutilizables, lo que abarata su coste y les permite llegar a más clientes.

Un plátano es la mercancía más barata y que más se mueve, pero al ser perecedero muchas veces se echa a perder entre origen y destino. En 2011 Iñigo Alonso y sus socios pusieron en marcha una empresa dedicada a fabricar filtros para preservar la fruta durante su transporte, lo que les permitió conocer el mundo de la logística. Buscando alternativas para crecer, «porque este negocio es muy de nicho, muy chiquitín a nivel mundial», encontraron una en la monitorización de esos viajes. «Con la visión de crecer y aportar más» en 2014 crearon Coologger, que mediante sensores de usar y tirar, similar a un pendrive registraba las incidencias. Sin embargo, un año después de salir al mercado se dieron cuenta de que nunca serían competitivos, y en 2019 decidieron dar un giro. Así nació CLCircular.

El principal cambio respecto a la propuesta inicial es que ahora son reutilizables, más complejos, y dan información en tiempo real. Miden varios parámetros: temperatura, humedad relativa, aceleración –golpes–, luz, «para detectar si se ha abierto un contenedor, una caja o un envase», y geolocalizan la carga. Esos datos se envían a la nube, donde se procesan, y si hay alguna alteración, envían una alerta al responsable de la carga. Son «un testigo propio» del exportador, importador o gran superficie en los contenedores que llevan sus productos.

El sistema puede utilizarse en cualquier sector que quiera monitorizar esas variables, pero CLCircular está especializada en el transporte internacional de larga distancia y se dirige a grandes empresas. No obstante, también se encargan de las vacunas del covid de Bexen Medical en la CAV.

Iniciativa de «impacto»

El director general estudió Economía y recuerda que ya con 20 años quería montar un negocio, «una granja de avestruces»; algo que ha hecho en varias ocasiones. De esas experiencias ha aprendido mucho, aunque reconoce que algunos golpes se los podía haber ahorrado con formación más específica. Ahora disfruta con lo que hace. «Vengo muy a gusto a trabajar, me gusta lo que hago, tiene un propósito. Es a pequeña escala, muy familiar. El equipo está creciendo en lo profesional y en lo personal». Considera que son «una empresa de impacto», lo que se refleja en varios aspectos.

Aplican ecosideño para aumentar la durabilidad del sensor, circularidad para recuperarlo, limpiarlo, y volver a utilizarlo. También garantizan la confidencialidad, aspecto sobre el que han solicitado una patente. Sin embargo, su impacto va más allá. Contribuyen a reducir tanto la chatarra electrónica, como el desperdicio alimentario, «que es una barbaridad». Así mismo, apuestan por la producción local y trabajan en sus montajes con Lantegi Batuak, porque les gusta su modelo de inclusión social.

La monetización viene del alquiler de sensores, lo que les permite dar un servicio más barato y llegar a más clientes. Ésa es su ventaja competitiva, pero prevén que en dos-tres años habrá alguien que lo haga igual de barato. Por eso, de cara a 2022 quieren empezar a sembrar los servicios del mañana, «ir viendo qué van a querer nuestros clientes», previsiblemente, business intelligence y reporting, es decir, «utilizar los datos para mejorar su negocio y dar visibilidad a lo que está pasando». El director general considera que el proceso digitalización de la logística «está muy en mantillas», sobre todo,  en Europa. Así mismo, quieren hacer más eficaces la alarmas actuales, mejorar la logística inversa y sumar EEUU, su principal mercado, a las siete filiales que tiene en Latinoamérica y Sudáfrica. En ellas trabaja una docena de personas a las que se suman las trece que están en Mungia.