Qatar acoge durante las últimas semanas la celebración de la Copa Árabe de fútbol. El torneo se creó en 1963, pero es la primera vez que es organizado por la FIFA como banco de pruebas del Mundial que se celebrará el próximo año. 16 selecciones del mundo árabe han participado en la cita. Entre ellas, ha estado Palestina liderada en el eje de la defensa por el central de Leioa Yaser Hamed Mayor, futbolista vasco de origen palestino.

La competición encara la recta final con las semifinales que se disputarán este miércoles. Egipto se medirá con Túnez y Argelia con la anfitriona Qatar. La final se jugará este mismo sábado, 18 de diciembre.

Este fin de semana se celebraron los cuartos de final del torneo con el derbi regional entre Argelia y Marruecos como plato fuerte. A la rivalidad deportiva se le ha sumado las diferencias políticas entre ambos países en los últimos tiempos. En agosto Argel anunció la ruptura de relaciones con Rabat después de que Marruecos optará por normalizar sus relaciones con Israel a cambio de su respaldo a la ocupación sobre el Sahara Occidental.

Argelia es el principal apoyo del Frente Polisario en su lucha por la autodeterminación. Asimismo, la tensión se agravó el pasado mes tras fallecer tres civiles argelinos en un ataque con drones del Ejército marroquí contra un convoy comercial en el Sahara Occidental.

En este contexto el duelo levantó un gran interés y se vivió con pasión en el terreno de juego. Argelia partía como clara favorita ya que es la actual campeona de África. A pesar de no poder contar con Riyad Mahrez, estrella del Manchester City, los «zorros verdes del desierto» disponían de la mayoría de las figuras del equipo, mientras Marruecos ha acudido al campeonato sin los futbolistas que juegan en Europa.

Argelia se adelantó en dos ocasiones en el marcador, el segundo tanto fue un gol espectacular desde 40 metros. Los «leones del Atlas» no se rindieron y consiguieron empatar (2-2) y la eliminatoria se decidió en la tanda de penaltis.

Emocionados con el pase a las semifinales, los jugadores argelinos celebraron por todo lo alto el triunfo y varios de ellos mostraron banderas palestinas en un gesto reivindicativo y solidario al mismo tiempo.

Los saharauis también festejaron el triunfo de Argelia en el territorio ocupado y se produjeron detenciones, según han denunciado. Las autoridades marroquíes instaron a cerrar cafés en Al Aaiún para impedir concentraciones a la hora del partido.