El alcalde de Donostia, Eneko Goia, se ha mostrado «sorprendido» por las críticas recibidas por su socio de gobierno, el PSE, en relación con la tasa turística, tras lo que ha considerado que en este debate «están primando otros intereses por encima del de Donostia».

Goia ha indicado, en una entrevista en Euskadi Irratia, que la posibilidad de instaurar en Donostia una tasa turístico «se aprobó por unanimidad en pleno en 2019», por lo que, ha dicho, corresponde a al PSE «explicar a qué se debe este cambio de actitud». Goia señaló que la tasa turística sería una buena herramienta en otra entrevista radiofónica.

Modelo turísitico cuestionado

Estas declaraciones se produjeron en un contexto en el que en Donostia se cuestiona cada vez más el modelo turístico, con zonas de la ciudad en las que el número de visitantes llega a colapsar los accesos. El número de pernoctaciones ha aumentado un 10% respecto a 2019, el año anterior a la pandemia, según datos de EH Bildu, que recuerda que ha denunciado que el equipo de gobierno de Goia ha dado numerosas licencias para nuevos hoteles. Asimismo, la coalición soberanista destaca que pese a manifestaciones como las realizadas por Goia sobre la tasa turística, no han pasado de las palabras a la hora de actuar en el ámbito del turismo.

El primer edil ha subrayado que las declaraciones de la edil del PSE Marisol Garmendia, quien dijo que el PNV está «obsesionado» con la tasa turística y rechazó la medida, se produjeron después de que el consejero de Turismo del Gobierno de Lakua, Javier Hurtado, también del PSE, descartara la posibilidad de regular esta tasa.

Apela al «donostiarrismo»

Goia ha defendido que «en clave donostiarra» la tasa turística es una herramienta «interesante para mejorar los servicios que se ofrecen a los visitantes», tras lo que ha recordado que el anterior concejal de Turismo del PSE, Ernesto Gasco, realizó un cálculo por el que, aplicando una tasa de tres euros por noche, se obtendrían cuatro millones de euros, lo que «permitiría mejorar los servicios».

Además, ha considerado que implantar la tasa no significaría una pérdida de turistas, tras lo que ha citado los ejemplos de Barcelona, València y Balears.

El primer edil donostiarra ha asegurado que no pretende «imponer nada», ya que si Bilbo y Gasteiz rechazan aplicarla, lo entendería.

Se trata de una cuestión «hablada y trabajada» con la Diputación de Gipuzkoa desde hace tres años, aunque ha advertido de que no está claro si las competencias forales son suficientes para instaurar la tasa turística.

«Si fuera necesario acudiríamos al Parlamento Vasco», ha añadido Goia.