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Segundo día de referendums de anexión en regiones ocupadas por Rusia en Ucrania

Las regiones del este y el sur de Ucrania, controladas por las fuerzas de Moscú, celebran este sábado el segundo día de un referéndum sobre su anexión a Rusia. Kiev y sus aliados lo han calificado de «farsa», mientras que los prorrusos denuncian ataques enemigos para evitar la votación.

Refugiados ucranianos en Rusia votan en la ciudad de Rostov-on-Don.
Refugiados ucranianos en Rusia votan en la ciudad de Rostov-on-Don. (AFP)

Las votaciones para el referendo de incorporación a Rusia, que además de la República Popular de Donets, tienen lugar en la también autoproclamada República Popular de Lugansk y los territorios de las regiones ucranianas de Jersón y Zaporiyia, comenzaron este viernes y se prolongarán hasta el próximo martes. Ucrania, respaldada por occidente, niega toda legitimidad a estas consultas, que ha calificado de «farsa».

Los referendos fueron anunciados a principios de esta semana después de que una contraofensiva ucraniana se apoderara de la mayor parte de la región de Járkov, con lo que cientos de localidades volvieron a estar bajo el control de Kiev tras meses de ocupación rusa.

La anexión de las cuatro regiones a Rusia representaría una escalada del conflicto, ya que Moscú consideraría cualquier movimiento militar allí como un ataque a su propio territorio.

El Gobierno de Kiev ha dejado claro que no aceptará sus resultados y que tampoco cambiará su estrategia en el campo de batalla.

«Los referendums de Rusia son una farsa, un falso pretexto para intentar anexionarse partes de Ucrania por la fuerza, en flagrante violación del derecho internacional», dijo el presidente estadounidense Joe Biden. También el viernes los países del G7 afirmaron que los comicios «nunca» serán reconocidos y que no tienen «ningún efecto legal ni legitimidad».

Las votaciones incluso provocaron la reacción de China, y su ministro de Exteriores, Wang Yi, dijo a su homólogo ucraniano Dmytro Kuleba que «la soberanía e integridad territorial de todos los países debe ser respetada».

El líder de la autoproclamada República Popular de Donetsk (RPD), Denis Pushilin, ha dneunciado que las fuerzas ucranianas atacan con fuego de artillería varias ciudades de la entidad para intentar impedir las votaciones. «Lamentablemente, el adversario intenta con los medios de que dispone frustrar el referendo e intimidar a la gente», ha dicho el dirigente prorruso en declaraciones a la cadena de televisión rusa Rossía-24.

Ha añadido que ya se han producido dos oleadas de ataques contra el centro de la ciudad de Donetsk, con un balance de una persona muerta y tres heridas.

Los referendos recuerdan el celebrado en Crimea en 2014.

Pruebas de «crímenes de guerra» 

Por su parte, investigadores de la ONU acusaron el viernes a Rusia de cometer crímenes de guerra en Ucrania, enumerando bombardeos, ejecuciones, torturas y actos de violencia sexual.

Erik Mose, el presidente de la Comisión de Investigación –un equipo creado por el Consejo de Seguridad en marzo– dijo que habían visto pruebas de un «gran número de ejecuciones», así como de violaciones y de tortura de niños.

En la región de Járkov, las autoridades ucranianas anunciaron el viernes la exhumación de 447 cuerpos de un bosque cercano a la ciudad de Izium, retomada recientemente de manos de los rusos.

«La mayoría de ellos tienen signos de muerte violenta, y 30 tienen signos de tortura», dijo el gobernador regional de Járkov, Oleg Synegubov. 

El Kremlin acusa a Kiev de fabricar pruebas 

Putin aseguró esta semana que protegería el territorio ruso por «todos los medios», mientras que el expresidente y actual número dos del Consejo de Seguridad del país, Dmitri Medvedev, señaló que esto implicaría incluso el uso de «armas nucleares estratégicas».

También en la sede de la ONU el ministro Sergei Lavrov se enrocó en la falsedad de estas acusaciones y acusó a Occidente de insistir en alargar la guerra

Moscú comenzó el jueves su llamada obligatoria a filas después de que Putin anunciara la movilización de unos 300.000 reservistas para reforzar el esfuerzo bélico.

Pero muchos hombres también estaban abandonando Rusia en masa antes de que se les obligara a alistarse, sobre todo hacia las exrepúblicas soviéticas que conceden la entrada sin visado. 

Algunos, sin embargo, no pudieron evitar la convocatoria como Mijail Suetin, de 29 años, que fue detenido en Moscú en una protesta contra la movilización y poco después recibió una orden para ir al frente.

«Me esperaba los procedimientos habituales: la detención, la comisaría de policía, el tribunal (...) Pero que me digan: 'Mañana te vas a la guerra, (...) eso sí que fue una sorpresa'», dice.