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Los Veintisiete acuerdan reducir la demanda eléctrica y los ingresos de las energéticas

Los ministros de Energía de la Unión Europea han pactado reducir la demanda eléctrica en la UE un 5% en horas pico. También han acordado una tasa dirigida a las empresas de combustibles fósiles y un tope a las tecnologías inframarginales dentro del mercado mayorista de la electricidad.

Responsables de Energía de los Estados de la UE se han reunido en Bruselas.
Responsables de Energía de los Estados de la UE se han reunido en Bruselas. (John THYS | AFP)

Los Estados de la Unión Europea han alcanzado este viernes un acuerdo sobre las medidas de emergencia a adoptar para abaratar las facturas de la luz, que pasan por una reducción del consumo de electricidad, un tope a los ingresos de las renovables, la nuclear y el carbón, y un impuesto a las petroleras.

Los ministros de Energía de los Veintisiete han logrado este pacto político apenas una hora después del comienzo de la reunión extraordinaria y han aprobado «sin cambios» el último borrador que había llegado a la mesa, en el que las delegaciones llevaban trabajando varias semanas, según han precisado a Efe fuentes comunitarias.

«Acuerdo. Los ministros han alcanzado un acuerdo político sobre medidas para mitigar los elevados precios de la electricidad: una reducción obligatoria de la demanda, un tope a los ingresos de los productores inframarginales de electricidad y una contribución de solidaridad de las empresas de combustibles fósiles», ha anunciado en Twitter la República Checa, país que ostenta este semestre la presidencia de turno de la UE.

El acuerdo político fija una reducción de consumo de electricidad del 10% respecto a la demanda habitual con una reducción obligatoria del 5% en las horas pico donde el precio es más alto pero con flexibilidad a los Estados miembros para que calculen esos tramos.

El reglamento, que se tramitará de manera oficial a lo largo de los próximos días y entrará en vigor a continuación, fija ese ahorro de electricidad entre el 1 de diciembre de 2022 y el 31 de marzo de 2023.

Con respecto a la «contribución de solidaridad» de la UE, gravará un 33% de los beneficios extraordinarios de empresas petroleras, gasísticas y del sector de la refinería. Dichas ganancias quedan definidas como los beneficios que superen el 20% de la media registrada en los últimos cuatro ejercicios.

La redacción final del texto concreta que este impuesto podrá gravar los beneficios extraordinarios tanto de 2022 como de 2023 después de que países como Suecia pidieran incluir el próximo año porque su legislación impide aprobar impuestos que graven ejercicios en curso.

A diferencia del europeo, la medida en trámite en el Estado español grava con un tipo del 1,2% los ingresos anuales de las grandes empresas eléctricas, gasistas y petroleras. Y el Estado francés, que en julio anunció la nacionalización de EDF, ha limitado a un 4% el aumento de la factura de la luz para los consumidores.

Tope a las tecnologías inframarginales

Por otro lado, el tope a las tecnologías inframarginales dentro del mercado mayorista de la electricidad pactado en la UE se establece en 180 euros megavatio/hora (MWh), pero deja la puerta abierta a que los países lo sitúen por debajo o incluso por encima si alguna tecnología tiene unos costes de producción superiores. El Estado español lo fija en 67 euros.

La medida afecta productores de electricidad de origen nuclear y renovable (eólica, solar, hidroeléctrica) que obtienen beneficios excepcionales vendiendo su producción a un precio muy superior a sus costes de producción.

Los ingresos que generan ambas medidas (el impuesto a las petroleras y el tope a los ingresos en las subastas de electricidad) serán destinados a desarrollar medidas de apoyo para los hogares y las empresas más afectados por la crisis energética.

El problema del gas

Pese a los pasos dados este viernes, quince Estados, entre los que figuran los Estados español y francés, creen que aún queda por abordar el «problema más grave»: fijar un precio máximo del gas mayorista en el mercado europeo. Quieren que la medida se aplique a todas las importaciones de gas, no solo a las de Rusia.

Pero el Ejecutivo comunitario, al igual que Alemania, se muestra reacio a poner en marcha tal medida, por temor a que una limitación de precios amenace los suministros europeos, al disuadir a «socios fiables» como Noruega o EEUU.

El debate sobre el gas no se ha cerrado, y el debate deberá dar lugar a un plan más detallado, antes de una cumbre de los líderes de los Veintisiete el 7 de octubre en Praga y una nueva reunión de ministros de energía el 11 y 12 de octubre. «Debemos ir más allá en estos temas y debemos concluir más rápido», ha manifestado la ministra francesa Agnès Pannier-Runacher.

Precisamante Pannier-Runacher ha defendido la necesidad de ampliar al resto de la Unión Europea el denominado «mecanismo ibérico» que permite limitar el precio del gas para generación de electricidad y contener así los precios de la energía.

«Sé que hay reticencias sobre este mecanismo, pero hemos trabajado técnicamente. Podemos hacer para evitar que provoque un exceso de consumo de gas y sabemos que se puede poner en marcha muy rápidamente», ha declarado .