
Según el informe anual del Observatorio de Desplazamiento Interno (IDMC por sus siglas en inglés) conocido en la noche de este martes, a finales de 2024 un total de 83,4 millones de personas vivían lejos de sus hogares en sus propios países debido a conflictos y catástrofes naturales.
La cifra supone un aumento del 11% con respecto al año anterior e indica que en seis años las cifras de desplazamiento interno se han duplicado, en un contexto de creciente violencia en todos los continentes y mayor frecuencia de fenómenos meteorológicos extremos a consecuencia del cambio climático.
De todos los desplazados, casi la mitad se concentran en el África Subsahariana (38,8 millones), un 20% en Oriente Medio y Magreb (16,6 millones), un 12 % en América (9,7 millones) y un 9 % en el sur de Asia (7,1 millones).
Por conflictos armados
Un 90% de estos desplazamientos (73,5 millones, un 10 % más que en 2023) fueron provocados por la violencia, con Sudán con el país más afectado por este tipo de éxodos, ya que dos años de guerra civil han obligado a 11,6 millones de personas a vivir lejos de sus casas, la cifra más alta nunca antes registrada en un solo país.
A continuación se sitúan Siria, con 7,4 millones de desplazados internos, aunque está por ver si hay algún cambio tras la caída del régimen de Bachar al Asad en diciembre. Colombia, con 7,3 millones, podría aumentar estas cifras en 2025 con el creciente conflicto en la región nororiental de Catatumbo. Palestina también aparece lógicamente en el informe, aunque con cifras menores por su población más escasa.
En Europa, principalmente a causa de la guerra en Ucrania, hay todavía 5,9 millones de desplazados internos, un 7 % del total, mientras que en Asia Oriental y Pacífico el número de personas lejos de sus hogares es de 5,2 millones, un 6%.
Por catástrofes naturales
Los desplazados por catástrofes naturales a finales del pasado año eran 9,8 millones, un aumento del 29% con respecto a un año antes, de los que uno de cada siete (1,3 millones) se encuentran en Afganistán, país que el año pasado se vio golpeado tanto por sequías como por inundaciones.
El segundo país con más desplazados por desastres es Chad (1,2 millones), seguido por Filipinas (un millón), Etiopía (757.000) y Somalia (733.000).
«Un reto político»
«Estas cifras demuestran que el desplazamiento interno no es sólo una crisis humanitaria: es un claro reto político y de desarrollo que requiere mucha más atención de la que recibe actualmente», señaló la directora del IDMC, Alexandra Bilak, al presentarse estas cifras.
«Resolver el desplazamiento requiere tanto esfuerzos inmediatos para ayudar a las personas que lo han perdido todo como inversiones para abordar las vulnerabilidades, con el objetivo de que las personas no se vean obligadas a desplazarse», subrayó Bilak.
A los desplazados internos habría que añadir el también creciente número de personas que han huido de conflictos, crisis y desastres a otros países en condición de refugiados o solicitantes de asilo, y que según cifras de la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR) ascendían a mediados de 2024 a 43,4 millones.

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