
El corazón de Xabier Azkargorta se ha parado a los 72 años en Bolivia, país donde era un auténtico ídolo, tras calificar a La Verde para el Mundial de 1994, única ocasión de forma clasificatoria, tras participar en las ediciones de 1930 y 1950.
El azpeitiarra destacó más como entrenador y comentarista televisivo que en su etapa como futbolista, cuya progresión deportiva se vio frustrada por graves lesiones de rodilla. De un inicio prometedor en los juveniles de Real y Athletic –se trasladó a Bilbo para iniciar los estudios de Medicina, de los que era Licenciado–, dichas dolencias le obligaron a acabar jugando en su club natal, Lagun Onak, con apenas 22 años.
Por contra, fue en los banquillos donde desarrollaría toda su inteligencia futbolística. Número uno de la promoción de técnicos estatales de 1978, comenzó su carrera como míster en el equipo juvenil de su localidad para dar luego el salto al Aurrera de Ondarroa y, más tarde. al Nàstic, que militaba en la categoría de plata.
Su buen hacer y con apenas 29 años –el técnico más joven en la historia del fútbol estatal– le permitió estrenarse en Primera de la mano del Espanyol, donde permaneció durante dos campañas. Posteriormente, entrenó al Valladolid un curso, fichando por Sevilla y Tenerife, clubes en los que estuvo dos ejercicios en cada uno de ellos. Ejerció durante 229 encuentros en la máxima categoría.
A partir de ahí, inició su aventura por los continentes americano y asiático, que le dio fama internacional. Especialmente con la selección boliviana, en dos etapas bien diferentes. En la que discurrió entre 1993 y 1994 logró la única clasificación mundialista del conjunto sudamericano, mientras que en la de 2012 a 2014 no gozó de tanta fortuna.
Euskadi golea a Bolivia
De esa segunda época, cabe recordar el encuentro que midió a La Verde con la entonces selección de Euskadi durante las Navidades de 2012, en el que los anfitriones golearon por 6-1, gracias a los dobletes de Aduriz y Toquero, y las dianas de Ibai y Agirretxe.
Entre medio, su prestigio le llevó a ser seleccionador chileno, combinado en el que no tuvo éxito, desde donde dio el salto al Yokohama Marinos japonés, en el que permaneció por espacio de año y medio.
A partir del presente siglo, se vinculó como embajador e impulsor de las escuelas deportivas del Real Madrid en América –hubo un intervalo para dirigir al Chivas mexicano–, además de ser el director deportivo del Beijing Gouan chino, con quien la entidad blanca tenía un acuerdo comercial.
Tras finalizar su etapa en el club merengue y un fugaz paso como máximo responsable técnico del Valencia, retoma su andadura en varios equipos de la liga boliviana –Oriente Petrolero, Bolívar, Sport Boys y Palmaflor– hasta 2021.
Su paso por los más variados banquillos mundiales le facilitó su condición de políglota. Además de euskara y castellano, hablaba catalán, francés, inglés y japonés.

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