Cinco fuerzas políticas de la izquierda independentista y soberanista -izquierda abertzale, EA, Aralar, AB y Alternatiba- han dado a conocer, en Baiona, su «firme compromiso para alcanzar, en breve plazo, un acuerdo estratégico» en el horizonte de la construcción nacional y social de Euskal Herria.

En la comparecencia han participado Mertxe Colina y Joseba Garai (AB), Oskar Matute y Josu Estarrona (Alternatiba), Rebeka Ubera y Dani Maeztu (Aralar), Pello Urizar y Charles Etchandy (EA), y Xabi Larralde y Maribi Ugarteburu por parte de la izquierda abertzale.

Tras recordar que entre los factores que han cambiado notablemente en los últimos meses en el escenario político vasco se encuentra el «acercamiento entre las diferentes sensibilidades soberanistas, independentistas, progresistas y de izquierda», Xabi Larralde y Oskar Matute han incidido en que todos ellos tienen como objetivo común alcanzar «una Euskal Herria en paz, con todos sus derechos nacionales reconocidos y con un modelo sociopolítico alternativo al actual sistema capitalista». Un objetivo «compartido -según han afirmado- por gran parte, si no por la mayoría, de la ciudadanía vasca».

Matute ha añadido que «el nuevo paso es una acumulación de fuerzas en base a un acuerdo estratégico nacional de largo alcance, que no se para ni se mide en el cortoplacismo y que hace de la aspiración por la soberanía política, económica, social y en todos los planos, y de la apuesta por construir Euskal Herria desde la izquierda sus ejes principales».

«Declaración Nacional»

Aclaradas las motivaciones que les han conducido a dar dicho paso, Rebeka Ubera, Mertxe Colina y Pello Urizar leyeron la ‘Declaración Nacional’, en euskara, francés y castellano.

El documento comienza con la confirmación por parte de los cinco partidos de la «apuesta firme para la confluencia de fuerzas» con el objetivo de avanzar en la consecución de una Euskal Herria «soberana y solidaria».

Consideran que la actual es una «coyuntura histórica para solucionar el conflicto político», así como para dar «un impulso a la construcción nacional y al cambio social». A renglón seguido, advierten de que dichos objetivos están siendo «entorpecidos por la crisis del sistémica del capitalismo que erosiona derechos individuales y colectivos» y por la actitud de «cerrazón» que mantienen París y Madrid.

Ante tal situación, estiman que los «requerimientos» que incesantemente se efectúan en Euskal Herria, respecto a su carácter de sujeto político o al del derecho de su ciudadanía a decir libremente su futuro, «tienen más vigor que nunca».

Entre los derechos «vulnerados», en el documento se cita expresamente los derechos lingüísticos, en tanto en cuanto constituyen un «componente esencial de la identidad personal». Recuerda que la posibilidad de utilización normalizada del euskara en todos los ámbitos no está reconocida y reivindica su oficialidad en el conjunto de Euskal Herria, al tiempo que reafirma el compromiso de las cinco fuerzas para trabajar en esa meta.

Superar desavenencias

El manifiesto subraya que «es momento de superar las desavenencias y división entre los partidos» y de «crear una acumulación de fuerzas permanente de independentistas y soberanistas de izquierdas».

Reiteran también su «compromiso para trabajar y poder dar una respuesta a las problemáticas que vive nuestro pueblo». Para ello, prometen que «en un breve espacio de tiempo elaborarán y consensuarán un Acuerdo Estratégico Nacional encaminado a la consecución del cambio político y social» en las coordenadas mencionadas.

El documento finaliza puntualizando que dicho acuerdo «será a nivel de Euskal Herria y se adecuará en sus contenidos a los ritmos y características de Hegoalde e Iparralde».