Después de que la secretaria de Estado norteamericana, Hillary Clinton, se reuniera con su homólogo ruso, Sergei Lavrov, la delegación europea insistirá a Moscú en que trate de convencer a Damasco, uno de sus aliados claves en la región, para que emprenda una transición política que restaure la paz en el país.

Rusia, sin embargo, ha rechazado categóricamente cualquier interferencia extranjera en Siria y ha descartado una intervención militar similar a la que se aprobó para Libia. No se esperan novedades al respecto, máxime después de que Putin volviera de sus visitas oficiales a París y Berlín sin ceder en su posición sobre Siria.

La jefa de la diplomacia europea, Catherine Ashton, quien se reunió con Lavrov antes de la cena que mantuvieron ayer la delegación europea y representantes rusos, ha destacado en un comunicado el «crucial» papel de Moscú para que triunfe el plan de paz trazado por el mediador en Siria de la ONU y la Liga Arabe, Kofi Annan.

La UE quiere «trabajar estrechamente con Rusia para hallar un camino que ponga punto y final a la violencia y respalde» el plan de paz de Annan, subraya Asthon.

Junto con Ashton, los presidentes del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, y de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, trataran de edulcorar la política rusa hacia la UE. Esta cumbre dilucidará «si tenemos la misma misión sobre a dónde queremos llegar en nuestra alianza estratégica», han ahondado fuentes europeas citadas por Reuters.

La UE es el mayor socio comercial de Rusia, en especial, como principal importador de energía. Asimismo, Rusia es un gran comprador de vehículos alemanes, aceite de oliva griego y mobiliario sueco.

El suministro energético, el comercio y los Derechos Humanos serán otros de los asuntos claves, además de Siria, que abordarán dirigentes rusos y europeos durante la jornada de encuentros de hoy.