«Seguiremos gestionando nosotros solos los asuntos regionales, protegiéndonos frente a las turbulencias del exterior, y desempeñaremos un papel más importante en la reconstrucción pacífica de Afganistán», ha declarado Hu en una entrevista con el ‘Diario del Pueblo’, un periódico oficial chino.

«Reforzaremos la comunicación, la coordinación y la cooperación al enfrentarnos a los grandes problemas internacionales y regionales», ha añadido.

A las cumbres de la OCS, que se creó en 2001, asisten como observadores (es decir, que no pueden votar) Irán, India y Pakistán. En la que se celebra ahora en Pekín participa como invitado el presidente afgano, Hamid Karzai, a cuyo país se le va a conceder también el estatus de «observador».

Probablemente, uno de los temas que aborden los países participantes será el futuro de Afganistán. La mayoría de las fuerzas de combate internacionales se habrán retirado a finales de 2014, y los países vecinos temen que la inestabilidad se extienda y supere sus fronteras.

Karzai ha señalado en Pekín que su Gobierno y el de China firmarán este viernes un acuerdo preliminar para «la creación de una asociación estratégica». «Afganistán ampliará y fortalecerá las relaciones con China», ha asegurado.

También ha dicho que China podría «desempeñar un papel muy importante para conseguir que Afganistán y Pakistán se unan con el fin de crear un ambiente de cooperación en la lucha contra el terrorismo y el radicalismo». Pakistán, que es un gran aliado de China pero mantiene una relación complicada con Afganistán, es clave para conseguir la estabilidad en este último país.

Liu Weimin, portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores chino, ha precisado que su país aumentará la cooperación con Afganistán en ámbitos como el desarrollo de recursos naturales, las infraestructuras, la energía y la formación.

Liu ha indicado que «lo que está ocurriendo en Afganistán tiene grandes repercusiones en la seguridad y la estabilidad de Asia central».