Beñat Zaldua
Gasteiz
Elkarrizketa
Andrés Illana
Portavoz de Fracking Ez Araba

«El ‘fracking’ puede cambiar completamente el paisaje de Araba»

El anuncio de Lakua de que utilizaría la técnica del «fracking» para extraer gas del subsuelo de Araba no tardó en tener su reacción. En pocos días, colectivos de todo tipo y particulares a título individual formaron la Plataforma Fracking Ez Araba, con el objetivo de coordinar la lucha contra la fracturación hidráulica. El portavoz de la plataforma, Andrés Illana, nos explica cómo y por qué se oponen a la extracción de gas no convencional.

Andrés Illana, portavoz de la Platagorma Fracking Ez Araba (Raul BOGAJO/ARGAZKI PRESS)
Andrés Illana, portavoz de la Platagorma Fracking Ez Araba (Raul BOGAJO/ARGAZKI PRESS)

¿Cómo nace y quién forma Fracking Ez Araba?
Fracking Ez Araba es una plataforma que nace de forma espontánea a finales del año pasado, cuando en octubre, el lehendakari anunció, yo creo que lanzándose un farol, que había una cantidad de gas en el subsuelo de Araba que podía abastecer para casi 60 años. A partir de ahí, se habla por primera vez de la fractura hidráulica. Gente de distintos colectivos y muchos particulares empiezan a ver qué es eso del «fracking» y empezamos a ver que es una técnica bastante agresiva, con muchos problemas y muchas incógnitas. A partir de ahí empezamos a juntarnos y, prácticamente como todas las plataformas de este tipo, nace de forma espontánea ante un problema.

¿Cuáles son los principales motivos que les llevan a oponerse al «fracking»?

En primer lugar, hay que pensar que, aunque fuese una técnica que no supusiese ningún impacto ambiental, no deja de ser seguir apostando por la quema de combustibles. Es decir, seguir consumiendo algo que sabemos que, tarde o temprano, se va a acabar. Pero luego, además, tenemos el «fracking» en sí mismo. Por ejemplo, requiere una cantidad de agua bestial, de la que se recupera muy poca y muy contaminada. También necesita mucha energía para funcionar; es decir, la diferencia entre la energía que consume y la que produce es muy pequeña. Y, por último, tenemos la fractura hidráulica. No olvidemos que estamos hablando de que se meten a una profundidad muy importante de la tierra para fracturar una roca con productos químicos. El 89% de esos productos no se recuperan y quedan contaminando el subsuelo, sin que sepamos por dónde van a salir. El «fracking» también contempla unas balsas de agua contaminada en superficie. El peligro de las filtraciones y la contaminación es muy grande, sobre todo pensando que la gran mayoría de pozos proyectados se sitúan encima del acuífero de Subilla, una reserva de agua potable indispensable. Los pozos, además, son muy poco productivos: el mayor porcentaje de gas se saca en los dos primeros años y luego van perdiendo y ya no sacan nada, por lo que les obliga a perforar otro pozo unos metros más allá. Para sacar todo el gas que dice el Gobierno que hay, nosotros estimamos que harán falta entre 2.000 y 3.000 pozos. Es algo que puede cambiar totalmente el paisaje de Araba.

¿Qué tipo de acciones están llevando a cabo?

La plataforma está dividida en grupos de trabajo. Tenemos un grupo que llamamos institucional, que ha buscado apoyos en las Juntas Generales, en los ayuntamientos y en el Parlamento. También hemos iniciado una campaña que está teniendo un éxito bastante considerable, que es la campaña de municipios libres de «fracking», que ha consistido en preparar una moción base y dársela a todos los municipios de Araba. Otro de los grupos que está trabajando mucho es el de las charlas, que va allí donde la solicitan. Pero, sobre todo, tenemos las movilizaciones: este pasado fin de semana hemos hecho la primera manifestación subterránea y el siguiente realizaremos una marcha ciclista de Gasteiz a Subilla. Lo que buscamos ahora es reunirnos con plataformas de otros territorios para ver si podemos hacer una gran manifestación en Gasteiz para el otoño.

¿Algún acuse de recibo por parte de Lakua? ¿Cómo está ahora mismo el proyecto?

Nos llaman demagogos y poco más. Hay una cosa con la que estamos muy enfadados y es que la empresa pública encargada de la exploración, SHESA, se niega a realizar las evaluaciones de impacto ambiental, porque dice que no están explotando el gas, sino explorándolo. Pero es que la técnica es la misma. Sobre el proyecto, hay un poco de lío, porque aunque el Gobierno dice que solo van a hacer dos pozos, encima de la mesa tenemos nueve, siete de ellos en Araba. Algunos de los pozos están recurridos por nosotros y por el Ayuntamiento de Gasteiz, que considera que falta mucha documentación. Ahora mismo, los pozos más avanzados son los de Subilla, pero el Ayuntamiento está alargando la concesión de la licencia de obra hasta que tenga toda la información.