Iñaki ALTUNA

Un mandato de la resolución ‘Zutik Euskal Herria’

«Para avanzar en esta apuesta política, en el futuro la Izquierda Abertzale deberá disponer de una formación política legal para la intervención político-institucional, así como para participar en la mesa de partidos políticos donde se logre el acuerdo político resoluto». El párrafo corresponde a la resolución final del debate estratégico habido en la izquierda abertzale.

Cuando fue aprobado el texto que recogía la nueva estrategia de la izquierda abertzale, en febrero de 2010, podía parecer una ensoñación hablar siquiera de la posibilidad de la legalización de una formación política de ese sector político.

La resolución añadía que «le corresponderá a dicha formación, sea cual sea su nombre y estructura legal, ser la referencia de todos los independentistas y socialistas de Euskal Herria en la práctica política, de masas, ideológica e institucional a desarrollar en el proceso democrático».

Después, se produjeron diferentes pasos en ese camino, hasta la presentación oficial de Sortu y el siguiente proceso judicial que ha concluido ahora con la resolución favorable del Tribunal Constitucional.

El 29 de octubre de 2010, un grupo de militantes de larga trayectoria, que en su día impulsaron la Mesa de Altsasu que dio lugar a Herri Batasuna, hicieron pública una reflexión en la misma localidad navarra para comenzar a desbrozar el camino marcado en ‘Zutik Euskal Herria’.

Se abogaba ya por «un proyecto político y organizativo democrático y, por tanto, comprometido con las vías exclusivamente pacíficas y políticas y el rechazo al uso de la violencia, en su seno o fuera del mismo, para el logro de objetivos políticos. Basado pues en el convencimiento, la adhesión democrática y la movilización popular como instrumentos de acción política».

Apenas un mes después, el 27 de noviembre, una amplia representación de la izquierda abertzale presentó en Iruñea las bases políticas y organizativas del nuevo proyecto. La claridad de las aseveraciones era aún mayor, y añadieron que sus estatutos «se elaborarán de conformidad con los requisitos establecidos por la Ley de Partidos», aunque no sin resaltar que se trataba de una norma de «naturaleza antidemocrática».

El último acto antes de la presentación de Sortu corrió a cargo de Rufi Etxeberria y de Iñigo Iruin, en una presentación organizada por Lokarri y celebrada en el Palacio Euskalduna de Bilbo. El primero hizo una lectura política del paso histórico dado por la izquierda abertzale, mientras que el segundo se encargó de la explicación jurídica y didáctica de los estatutos.

Al día siguiente se presentaron los promotores de Sortu, que a las pocas horas presentaron sus estatutos en el Ministerio de Interior. De ahí hasta hoy, la nueva formación ha tenido que sortear una auténtica carrera de obstáculos, que ha concluido hoy con su legalización.