Joseba ITURRIA

RadioShack se juega toda la temporada a una sola carta

La unión entre dos de las estructuras más potentes no ha hecho la fuerza y el equipo ha sido más noticia por los problemas internos que por sus resultados.

El equipo RadioShack en la presentación de Lieja. (Pascal PAVANI / AFP)
El equipo RadioShack en la presentación de Lieja. (Pascal PAVANI / AFP)

Fabian Cancellara dio ayer en Lieja un respiro con su triunfo y el maillot amarillo al equipo que afronta con más presión el Tour, bombardeado por los problemas de toda índole que han impedido a la estructura resultante de la unión entre Leopard y RadioShack obtener los resultados que se esperaban.

El suizo ha sido el único de los grandes corredores del equipo que ha respondido. Con este proyecto no se ha cumplido la teoría de que la unión hace la fuerza. Todo lo contrario, aunque los problemas han sido constantes desde el mismo momento en que en 2010 Flavio Becca, el magnate luxemburgués que ha hecho su fortuna con negocios inmobiliarios, decidió formar un equipo con los hermanos Schleck, con quienes tenía relación personal.

Eso provocó una división en el Saxo Bank entre los corredores que se marcharon al Leopard y el resto, y el despido de Kim Andersen, director de confianza de los hermanos Schleck, al que Bjarne Riis dejó sin poder acudir al Tour porque trabajaba en la creación del nuevo equipo y le fichaba sus corredores mientras él los necesitaba para negociar la continuidad de su estructura.

Becca puso todos los avales para presentar la documentación que permitió al Luxembourg Pro Cycling Project recibir la licencia para competir en el World Tour desde 2011 a 2014 y presentó los contratos de los mejores corredores del Saxo Bank y del desaparecido Milram, lo que permitió al equipo ser el primero en el ranking de méritos deportivos antes de tener un nombre o un maillot.

Becca nombró manager a Brian Nygaard -que había sido jefe de prensa de Saxo Bank, luego pasó al Sky y ahora ejerce esa función en el Orica GreenEdge- y director deportivo a Kim Andersen, y se marcó el objetivo de buscar un patrocinador que le ayudara a cubrir un presupuesto de 15 millones.

Mientras tanto, puso al conjunto el nombre de Leopard, que no anuncia nada. Es una sociedad suya a la que puso el nombre del animal que eligió para denominar al equipo para pedirle su agresividad y velocidad. No encontró ese sponsor ni los resultados esperados.

Fruto del descontento

No le dejó satisfecho ver a los hermanos Schleck en el podio final de París en compañía de Evans. A Becca no le gustó la dirección del equipo, a la que responsabilizó de no ganar el Tour, y días después de la carrera contactó con Johan Bruyneel para que se encargara de la gestión deportiva y para repartir el coste que tiene un gran equipo.

Las negociaciones estuvieron apoyadas por la firma de bicicletas Trek, que suministraba al RadioShack y al Leopard, y entre Becca y Bruyneel alcanzaron un acuerdo según el cual el equipo resultante de la fusión tendría su sede en Luxemburgo y correría en el World Tour con la licencia que tenía el Leopard. La de Radio-Shack expiraba en 2011.

La gestión deportiva correspondía a Bruyneel y la comercial a CSE, una empresa fundada en 1998 por Bill Stapleton, muy ligado a Lance Armstrong, al que representaba desde 1995. De hecho, la sede de la empresa está en su ciudad, en Austin, y juntos consiguieron convencer a RadioShack para entrar a patrocinar su equipo en 2010.

Desde el momento en el que «L'Equipe» informó en agosto de la fusión, comenzaron los problemas. A Nygaard le ofrecieron un puesto en la estructura en otras condiciones y se lo tomó como un despido. Andersen, al que le ofrecieron seguir como director con menos responsabilidad, aseguró que se enteró de la fusión por los medios de comunicación, y los corredores de los dos equipos se sintieron en una incertidumbre porque eran más de 30 los que tenían contrato en vigor y todos no podían seguir en el nuevo proyecto.

A partir de ahí Johan Bruyneel se marcó el objetivo de integrar a los componentes de los dos bloques para formar solo uno. Así realizó una primera concentración en Spa en octubre y repartió a los corredores para que durmiera en cada habitación un corredor del RadioShack con uno del Leopard. A los hermanos Schleck Bruyneel les puso a dormir con los dos vascos, Irizar y Zubeldia, dentro de la gran consideración que se tiene con ellos. A modo de anécdota se puede decir que en la página oficial del equipo aparecen sus nombres con una ikurriña para identificar su nacionalidad en lugar de la bandera española que se adjudica en las instancias deportivas a los ciclistas vascos.

Ese mismo objetivo se perseguía en la segunda concentración de Calpe en diciembre, pero el proceso no ha sido fácil y nada ha acompañado desde que Cancellara se rompió la clavícula en Flandes cuando había comenzado muy bien el año y era el favorito para las clásicas.

Problemas con los Schleck

Los hermanos Schleck no respondieron como se esperaba en la primera parte de la temporada y en las clásicas ardenesas y ya empezaron a trascender problemas entre ellos y Bruyneel. Principalmente molestó a los hermanos la decisión de no tener en el Tour a su director, Kim Andersen, al que ni tan siquiera ha querido llevar a la carrera para sustituirle cuando ha decidido no acudir tras verse implicado en la investigación de la USADA, que ayer recibió luz verde para iniciar el proceso. Para ocupar su vacante ha preferido al preparador Luca Guercilena.

Además no les gustaron las críticas de Bruyneel a Frank Schleck por retirarse en el Giro, a donde le mandó a correr para sustituir a Fuglsang cuando había iniciado su descanso para acudir el Tour. Por si fueran pocos los problemas, su líder Andy Schleck se cayó en la crono de la Dauphiné y no ha podido acudir al Tour. Frank ha tenido que asumir su liderazgo cuando ya lleva 60 días de competición junto a dos veteranos como Klöden y Horner, que fue protagonista de otra de las polémicas. Renunció a ir al Tour de Suiza y Bruyneel no lo incluyó en la preselección de 14 corredores para el Tour. Protestó por ello y, tras la baja de Andy Schleck, apareció en el equipo del Tour.

No entraron en él Gerdemann y Fuglsang, dos de los mejores gregarios de Frank Schleck en la Vuelta a Suiza. El danés criticó públicamente su exclusión y luego señaló que, como venganza, Bruyneel le dijo que no correría más en el World Tour.

Por si fuera poco, tres corredores han denunciado que el equipo no les paga desde mayo, entre ellos se ha señalado que está el propio Fuglsang, y tras el affaire Armstrong la sociedad Leopard hizo público un comunicado en el que anunciaba que «tomará todas las medidas apropiadas para garantizar su integridad deportiva y el interés general del ciclismo».

Algo que se puede entender como una excusa para romper la unión. Con tantos problemas el equipo llegaba a Lieja con solo seis victorias y con pocos puntos más que el Euskaltel en el World Tour. Todo el año se lo van a jugar en un mes y Cancellara le dio la primera alegría.