Gotzon Aranburu
Urretxu

Deporte de minusválidos

«Yo soy discapacitada y tú eres estándar, pero los dos somos normales». La corrección ha llegado en cuanto hemos usado el manido «normal, entre comillas», acompañado por el gesto con los dedos índice en el aire, para autodefinirnos en relación a los discapacitados físicos, que celebraron en Urretxu una jornada de deporte integrador.

Imagen de la jornada de deporte integrador celebrada en Urretxu. (Gotzon ARANBURU)
Imagen de la jornada de deporte integrador celebrada en Urretxu. (Gotzon ARANBURU)

Como todo colectivo, también el de los discapacitados físicos cuenta con un vocabulario específico, necesario para definir correctamente cada situación o estado. Es más, las personas que padecen alguna minusvalía son perfectamente conscientes de que los «estándar» nos acercamos muchas veces a ellos con el temor de herirles o al menos molestarles al usar determinados términos. Por eso, en cuanto ha visto vacilar al periodista, Maite Berasategi le ha echado una mano: «Tranquilo, es fácil. Yo estoy en silla de ruedas y soy discapacitada, tú vienes caminando y por tanto eres estándar. Pero normales somo los dos».

Maite, Javier, José… son miembros de Kemen, Euskadiko Elbarri Fisikoen Kirol Elkartea, creada en 1994 y que ha abierto las puertas del deporte a docenas de hombres y mujeres que antes estaban impedidos de hacerlo por su minusvalía. Algunos, como Javier Imaz, presidente de Kemen, padecen la incapacidad a resultas de un accidente de tráfico; otros, como consecuencia de una enfermedad. Las hay, caso de dos chicas que se acercan a la plaza Gernikako Arbola de Urretxu, que carecen de visión desde el nacimiento. Y en algún caso, como el de José Montero, uno de los más activos miembros de la asociación, pagan con su minusvalía un desgraciado error médico: «Me rompí la pierna al caerme de una escalera en la obra en la que trabajaba, y me pusieron mal la escayola. Lo que tenía que haber sido una lesión sin mayor importancia, de curarse en unos meses, derivó en una tromboflebitis». Aunque el posterior rosario de intervenciones mejoró su situación, la curación plena nunca llegó.

Sea cual sea el motivo de su minusvalía, hay un rasgo en común en todos los discapacitados que participan en las competiciones de boccia, bicicleta, baloncesto sobre ruedas… del campeonato de Deporte Integrador de Urretxu; es que han encontrado en el deporte adaptado una herramienta para superarse y afrontar mejor las dificultades de la vida cotidiana. Gracias en gran parte a la labor de Kemen, cada vez es mayor la oferta de deportes para las personas con discapacidad: esquí, atletismo, natación, tiro olímpico, ciclismo, piragüismo y golf son algunos de la lista. «La práctica deportiva –indica Javier– es interesante desde el inicio de la recuperación funcional, para continuar con el deporte de mantenimiento, recreativo, competitivo y de aventura. En todo caso, redunda en beneficios físicos, síquicos y sociales»

Pero hemos hablado de Deporte Integrador -de la adaptación a la integración hay un trecho- y hoy se está dando un paso en la buena dirección en esta plaza, pues estándar y minusválidos comparten cancha. Un grupo de niños practica un pequeño orificio en un antifaz de papel, solo en uno de los ojos, para después ponérselo y tratar de pasar el balón al compañero. Si esto ya es complicado, imagínense encestar. No menos difícil resulta avanzar en la cancha con el culo sobre una plataforma de 40 centímetros de lado que se mueve sobre cuatro pequeñas ruedas, sin perder el equilibrio y tratando al mismo tiempo de encestar. Un joven, atlético, que apenas ha recorrido doscientos metros en una bicicleta adaptada (los pedales están en el manillar), se baja palpándose los bíceps y murmurando «jodé, qué duro es esto». Sí, es duro, pero es la realidad a la que han tenido que enfrentarse los minusválidos amantes del deporte de las dos ruedas, que no tienen otra alternativa si quieren practicar el ciclismo. Y si no, que se lo pregunten a los participantes en la Behobia-Donostia.

En el otro extremo de la plaza, ante la mirada atenta de los espectadores, Isra y Asier, minusválidos y miembros del equipo donostiarra Bera Bera, explican a Andoni, Aitor, Jon y Joseba los secretos del manejo de la silla de ruedas de baloncesto. Los cuatro chavales, que juegan en el equipo local, siguen atentamente las explicaciones, se fijan sólidamente a la silla y comienza el partido, de tres contra tres (dos estándar y un minusválido en cada equipo). Como en toda competición que se precie, en cuanto suena el silbato inicial, la pelea es encarnizada. Isra y Asier hacen diabluras con sus sillas, se cuelan por huecos imposibles y manejan la pelota a su antojo con una sola mano. Los chavales de Goierri Kirol Elkartea no se arredran, las canastas se suceden, y con las canastas los aplausos y los gritos de ánimo. Solo llevamos cinco minutos de partido y para todos, espectadores y jugadores, este ya es un partido como otro cualquiera, con tensión, alegrías por los aciertos y desesperación por los errores. Integración, objetivo cumplido.