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PARÍS

Peugeot eliminará 8.000 empleos en el Estado francés

El fabricante francés de automóviles PSA Peugeot Citroën ha anunciado que en 2014 dejará de producir vehículos en su planta de Aulnay (norte de París), donde trabajan 3.000 personas, y que eliminará en total 8.000 empleos en el Estado francés.

Operarios trabajan en una planta de producción de PSA Peugeot Citroën. (Sebastien BOZON/AFP PHOTO)
Operarios trabajan en una planta de producción de PSA Peugeot Citroën. (Sebastien BOZON/AFP PHOTO)

Las fábricas de Aulnay y de Rennes (oeste) serán las más afectadas por la reestructuración, anunciada por la empresa en un comunicado. El constructor ha precisado que se propone desplazar la producción en la región capitalina hacia la fábrica de Poissy (Yvelines), donde se trasladará, por ejemplo, la producción del modelo Citroen C3, actualmente también fabricado en Aulnay.

Muy afectado por la caída del mercado de automóviles en Europa, el grupo también reducirá sus efectivos fuera de las cadenas de producción.

«Soy consciente de la gravedad de los anuncios que estamos haciendo y la emoción que provocan en la empresa y su entorno», ha explicado el presidente del directorio de PSA, Philippe Varin.

«Indispensable»

Sin embargo, ha agregado el responsable, «la envergadura y el carácter duradero de la crisis que afecta a nuestra actividad en Europa vuelven indispensable este proyecto de reorganización que nos permite adaptar nuestra capacidad de producción a la evolución previsible de los mercados».

La decisión es consecuencia, según la compañía, del empeoramiento del mercado europeo en el primer semestre, en el que la producción de Peugeot, «muy expuesto a Europa del Sur», se ha contraído un 18%.

La utilización de la capacidad de las plantas europeas del grupo ha caído hasta el 76% en esos seis meses, frente al 86% del mismo periodo anterior, y se esperan unas pérdidas de 700 millones de euros en su resultado operativo de enero a junio.

«Recuperar el equilibrio»

Para afrontar esa reducción del negocio, «recuperar el equilibrio y la capacidad de aplicar» su estrategia empresarial, el proyecto incluye entre otros el cese de la producción de su planta de Aulnay en 2014, en la que trabajan 3.000 personas, a las que se ofrecerá una solución a su «problema de empleo».

La empresa ha añadido que su planta de Rennes, dedicada a la fabricación del Peugeot 508, Citrën C5 y C6, también se ha visto afectada por la coyuntura europea y de sus 5.600 empleados se estudia la salida de 1.400 «con las medidas de acompañamiento necesarias».

Los otros 3.600 puestos que planea suprimir se repartirán en el conjunto de sus fábricas en el país, dentro del plan de adaptación de su estructura al volumen de actividad, reducir costes y mejorar su eficacia operativa.

Reacciones

En una rueda de prensa posterior, Varin ha hecho hincapié en que «no se va a dejar a nadie tirado en la cuneta» y ha descartado la posibilidad de una ayuda estatal.

El Gobierno francés ha reaccionado con preocupación al anuncio de PSA, empezando por el primer ministro, Jean-Marc Ayrault, que ha calificado el plan de reestructuración de «profundo shock» para la industria del Estado.

En un comunicado, Ayrault ha pedido a la dirección de la compañía que se comprometa a llegar a un acuerdo «ejemplar, leal y responsable» con los actores sociales, y que contemple todas las propuestas de estos para preservar el mayor número de empleos posible.

Asimismo, ha pedido al ministro de la Recuperación Productiva, Arnaud Montebourg, que reciba a todas las partes implicadas y que en el Consejo de Ministros del próximo 25 de julio presente un proyecto de apoyo a la filial automovilística.

Mucho más crítico, Bernard Thibaut, el secretario general de la Confederación General de Trabajadores (CGT), sindicato mayoritario francés, ha asegurado a la emisora ‘France Inter’ que este «seísmo» y «crimen social» no es ninguna «sorpresa» y tampoco es «inevitable», pese a lo que plantean sus directivos.