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LA HAYA

Liberales y laboristas neerlandeses se apuntan al euroescepticismo para ganar los comicios

Los electores de Países Bajos acuden hoy a las urnas para dirimir el pulso que mantienen liberales de derecha y laboristas, que se han abonado al euroescepticismo para tratar de hacerse con la victoria en los comicios legislativos.

Rutte, a la izquierda, y Samson, durante un debate previo a la cita electoral de hoy. (Robin UTRECHT/AFP PHOTO)
Rutte, a la izquierda, y Samson, durante un debate previo a la cita electoral de hoy. (Robin UTRECHT/AFP PHOTO)

Liberales (VVD) y laboristas (PvdA) han estado empatados en las encuestas sobre intención de voto, aun cuando faltaban horas para la celebración de las elecciones legislativas anticipadas en Países Bajos, consideradas como un indicador de la exasperación del norte de Europa respecto a la Unión Europea (UE) y a la crisis económica.

Y es que la UE nunca ha estado tan presente en una campaña electoral neerlandesa, en la que se ha puesto de manifiesto el miedo del país a perder sus privilegios nacionales en una Europa en crisis y ha hecho avanzar, desde los extremos del espectro político -el Partido por la Libertad (PVV) y el Partido Socialista (SP)-, las voces euroescépticas, a las que se han sumado también las dos grandes formaciones.

Liberales y laboristas, que se definen proeuropeos, han tenido que endurecer su tono sobre la UE para convencer al electorado neerlandés, cada vez más reacio a Bruselas y a los planes de ayuda a los países del sur de Europa, de que seguir al lado del bloque comunitario es lo mejor para salir de la crisis y lograr, así, colocarse a la cabeza en los sondeos.

Los analistas predicen que las elecciones darán paso a un gobierno centrista proeuropeo formado por una alianza entre estos dos partidos, empatados en las encuestas con 35 escaños sobre 150, lo que, dicen, auguraría un Ejecutivo estable, aunque su posición respecto a Europa se está endureciendo.

El primer ministro saliente, el liberal Mark Rutte, que aboga por seguir siendo un aliado de Alemania, negó esta posibilidad, mientras que su rival, el laborista Diederik Samsom, más cercano al Estado francés de François Hollande, no descartó esa opción.

En los dos últimas días el laborismo ha ido ganando apoyos gracias Samsom, que ha querido dejar claro que su partido está más próximo a los ideales del SP para así restarle votos. Ha mejorado sus expectativas electorales gracias a sus intervenciones en debates televisivos hasta situar a su partido en un empate técnico con los liberales, que podría convertirse en una victoria por la mínima.

La dimisión en abril del gobierno minoritario de centroderecha de Mark Rutte fue motivada por la discrepancia sobre la reducción del déficit público con su aliado en el Parlamento, el partido de extrema derecha de Geert Wilders.

Socialistas y ultraderechistas pierden fuelle

El panorama político neerlandés está muy fragmentado y se necesitarán al menos tres formaciones para lograr la mayoría en la Cámara Baja del Parlamento y formar Gobierno, incluso con una alianza entre liberales (VVD) y laboristas (PvdA).

El Partido Socialista (SP) sorprendió como favorito en un principio y todavía hace unos días se le vaticinaban -igual que al PvdA- 30 escaños, el doble de los 15 logrados en 2010, pero en las dos últimas semanas ha ido perdiendo apoyos a favor del laborismo y su discurso más moderado.

La extrema derecha ha sustituido en su programa su cruzada contra la «islamización de Occidente» por consignas populistas contra Europa, pero aunque los nederlandeses son cada día más renuentes a Bruselas y poco favorables a la integración europea, no por ello desean salir del euro, como propone Geert Wilders, a cuya formación, el PVV, se le augura la pérdida de algunos de los 24 escaños logrados en 2010 y los analistas anticipan que desempeñará un papel marginal en las negociaciones sobre la formación de un Gobierno.