NAIZ.INFO
KABUL

Fin de semana trágico para las fuerzas de la OTAN, desbordadas por la insurgencia

Las pérdidas materiales provocadas por el ataque talibán contra la base militar que acoge al príncipe Harry de Inglaterra, sumados a los seis soldados de la OTAN abatidos por la Policía afgana ha marcado un fin de semana trágico para las fuerzas ocupantes.

Afganos se manifiestan contra el ataque de la OTAN en la provincia de Laghman. (Waseem NIKZAD/AFP PHOTO)
Afganos se manifiestan contra el ataque de la OTAN en la provincia de Laghman. (Waseem NIKZAD/AFP PHOTO)

En la guerra de propaganda que libran los dos bandos enfrentados en la guerra en Afganistán los insurgentes rebeldes parecen haber ganado la última batalla con facilidad. Su ataque a la base de Camp Bastion, donde se encuentra destinado el príncipe Harry de Inglaterra, además de ser un golpe mediático, se ha convertido en un triunfo militar después de que la misión de la OTAN en el país (ISAF) admitiera la destrucción de seis cazas estadounidenses durante la acción. Además, dos militares británicos y cuatro estadounidenses fueron abatidos este fin de semana por el «fuego amigo» de policías afganos.

«Seis cazas AV-8B Harrier quedaron destruidos y dos sufrieron daños significativos. Tres puestos de carga de combustible también quedaron destruidos y seis hangares sufrieron algunos daños», explicó ayer la Alianza.

Un balance que lleva a pensar más en un bombardeo que en un ataque a pie. Tales pérdidas materiales jamás habían sido infligidas a las fuerzas de la coalición en diez años de conflicto en Afganistán, reconoció a AFP una fuente de seguridad occidental.

La ISAF aseguró que el ataque, que duró cuatro horas, estuvo «bien coordinado» y reconoció que al menos 15 agresores se organizaron en tres equipos y lograron penetrar en el perímetro de la base en un punto. «Estaban bien equipados y entrenados. Vestían uniformes del Ejército de EEUU y estaban armados con rifles automáticos, lanzagranadas y chalecos explosivos», afirmó.

Según la versión oficial, las tropas extranjeras mataron a 14 insurgentes e hirieron a otro que fue detenido, mientras que en su bando murieron dos soldados estadounidenses y otros ocho militares y un civil sufrieron heridas.

«Hubo coordinación y precisión. El asalto fue dirigido como lo que haría un comando de estilo occidental. Era un ataque como los de las fuerzas especiales», comentó otra fuente de seguridad occidental, que afirmó que la acción fue «un claro éxito, porque consiguieron destruir aviones en tierra en una de las bases más seguras en el país».

«Cuando quieren»

«En una guerrilla, los combatientes cambian siempre de táctica. Esta vez, los talibanes atacaron una gran base, en la que estaba el príncipe Harry», señaló a AFP Waheed Mujdah, un extalibán convertido en analista. «Les da mucho crédito porque muestran que puedan alcanzar el objetivo que quieren, cuando quieren», indicó.

Mientras los talibanes siguen siendo presentados por la ISAF como grupos de campesinos incultos, el ataque de Camp Bastion, «bien preparado», evidencia que sus combatientes ya no atacan «a ciegas» sino que «han aprendido a conocer a su enemigo y se han vuelto tecnología punta», según Mujdah.

«Fue una demostración de fuerza», coincide Ahmad Saeedi, otro analista, llevada a cabo, a su juicio, con «complicidad en el interior de la base», lo que pondría de manifiesto el alto grado de infiltración de la insurgencia.

Pero a los ataques de los talibanes cada vez mejor organizados las fuerzas de la OTAN se suma otro motivo de preocupación, los «ataques internos» cometidos por policías y soldados afganos contra sus militares. El sábado, en menos de doce horas y en dos incidentes separados, policías afganos mataron a dos soldados británicos y a cuatro estadounidenses.

Un total de 51 miembros de la ISAF han sido abatidos por policías y soldados afganos en 2012.

Los «ataques internos», una cuarta parte de los cuales son realizados por infiltrados talibanes, según la ISAF, están causando estragos en el seno de las fuerzas afganas y extranjeras y en la confianza entre los dos aliados.

Estos incidentes son particularmente graves cuando la mayoría de los 112.600 soldados extranjeros presentes aún en Afganistán ultiman su retirada para finales de 2014, cuando la Policía y el Ejército afgano deberán hacerse cargo de la seguridad de su país.

La ISAF mata a ocho mujeres

Por otro lado, ocho mujeres afganas murieron ayer y cinco más resultaron hedidas en un bombardeo de la ISAF registrado en la provincia oriental de Laghman. Las fuerzas de la OTAN atacaron a este grupo de mujeres en la zona de Nuralam, en el distrito de Alingar, cuando se dirigían a un valle local para recoger leña al amanecer para sus familias.

Un portavoz de la ISAF, Adam Wojack, confirmó el ataque que, según dijo, tenía como objetivo a un grupo de 45 insurgentes, muchos de los cuales, aseguró, habrían muerto en el ataque. «Por desgracia, somos conscientes de que hay bajas civiles posiblemente causadas por la ISAF, entre cinco y ocho afganos», afirmó.