Beñat Zaldua
Iruñea

Y para el año que viene, más de lo mismo

Los recientemente aprobados Presupuestos Generales del Estado para el año 2013 no incluyen ningún propósito de enmienda, sino que más bien ahondan en los recortes aplicados hasta ahora, agravándolos notablemente en sectores como la sanidad, la educación o la lucha contra el desempleo.

El presidente, Mariano Rajoy, y el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, principales responsables de los Presupuestos. (Pierre-Philippe MARCOU/AFP PHOTO)
El presidente, Mariano Rajoy, y el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, principales responsables de los Presupuestos. (Pierre-Philippe MARCOU/AFP PHOTO)

2012 no figurará en solitario en los libros de historia como el año de los recortes, ya que irá acompañado del 2013. Al menos eso sugieren los presupuestos del año que viene, aprobados recientemente por el rodillo parlamentario del PP. Unas cuentas que llevan una media de recorte del 8,9% para los diferentes ministerios y que prevén que la deuda pública crezca hasta el 90% del PIB, cerrando el perverso ciclo de conversión de la deuda privada en deuda pública y evidenciando que las cuentas vienen impuestas de algún lugar que no es La Moncloa.

La no revalorización de las pensiones conforme a la subida del IPC ha sido una de las medidas más sonadas, después de jurar y prometer durante el primer año de gobierno que no las bajarían.

En cuanto a los recortes, la de Sanidad es la partida peor parada con un 22,6% de dinero menos. Algo que el Gobierno ha querido maquillar incluyendo en los Presupuestos Generales del Estado (PGE) las aportaciones a la Seguridad Social y las obligaciones de ejercicios anteriores. De esta manera, sobre el papel, parece que el gasto en sanidad aumenta un 28%. Como viene siendo habitual, junto a Sanidad, Educación también será una de las víctimas principales de los recortes, este año que viene con un 68% menos para los alumnos con dificultades –cabe recordar que en el conjunto de los dos últimos años, los recortes en Educación han llegado al 31%–.

Paradojas de un Estado con más de un 25% de parados, los recortes se cebarán también en la lucha contra el desempleo, cuya partida baja un 6,3%. Los menguantes recursos para la lucha contra la exclusión social se notarán también en los ayuntamientos, que sufrirán un 40% de recorte en sus planes para atender a sus ciudadanos más desfavorecidos. Pero no solo a los de casa, pues la cooperación al desarrollo también verá su partida disminuida en un 23%, para regresar a los niveles de principios de los años 80.

La cultura no será menos y sufrirá un recorte del 15%, que se suma a las dificultades originadas por la reciente subida del IVA a los espectáculos culturales. Otros sectores muy sensibles a la inversión pública también se verán afectados por los PGE para 2013, como son las infraestructuras –recorte del 15%–, las subvenciones a investigaciones científicas, o el medio ambiente, de cuyo recorte del 13,2% solo se salva la prevención de incendios, ya recortada en años anteriores pese a la gravedad cada vez mayor de los incendios estivales.

Pese a que la paralización de la Industria y la dependencia energética siguen siendo dos de los principales factores que lastran la economía del Estado español, la partida para la cartera de Industria y Energía contará con un 13% menos de recursos.

Mientras tanto, el Gobierno mantendrá la misma partida para altos cargos dentro del funcionariado, impondrá un leve recorte del 4% a la Casa del Rey y aumentará en un 1.780% el gasto en material antidisturbios. Y pese a ello, estos son, según el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, «los presupuestos más sociales de la democracia».