Dos días después de anunciar su dimisión como Pontífice, Joseph Ratzinger ha comparecido en audiencia pública en la Ciudad del Vaticano ante miles de feligreses. Han sido sus primeras declaraciones para explicar el porqué de su decisión. Ha asegurado que la tomó «en plena libertad» y «por el bien de la Iglesia».

El Papa ha señalado que es «consciente de la importancia del hecho, pero también consciente de no ser capaz de llevar a cabo el ministerio petrino con la fuerza física y el espíritu que lo requiera».

«Me apoya y me ilumina la certeza de que la Iglesia es de Cristo, el cual nunca le hará faltar su guía y su cuidado. Gracias a todos por el amor y la oración con que me habéis acompañado. Continúen orando por el Papa y por la Iglesia», ha concluido.

Los miles de presentes han respondido con una gran ovación, aún mayor que la que le han dedicado a su llegada al Aula Pablo VI para la tradicional audiencia de los miércoles.

El Pontífice ha entrado en la sala a las 10.44 ante miles de fieles.

Benedicto XVI ha entrado solo, acompañado a varios metros de distancia de su secretario personal y prefecto de la Casa Pontificia, Georg Ganswein.

El Papa continuará en el cargo hasta el 28 de febrero. A partir de entonces, arrancará el proceso para elegir a su sucesor. Un total de 117 cardenales participarán en las deliberaciones que tendrán lugar en la Capilla Sixtina, a puerta cerrada, y sin ningún contacto con el exterior.

El cónclave para elegir al nuevo pontífice comenzará entre el 15 y 20 de marzo, según ha avanzado el portavoz vaticano, Federico Lombardi.