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BILBO

El último derbi que se disputa en el viejo campo de San Mamés

Athletic y Real se enfrentan hoy por última vez en el viejo campo de San Mamés, con muy diferentes necesidades, más allá de la lógica victoria. La cita se podrá seguir a través de la web especial de NAIZ, a partir de las 21.30.

Foto de archivo de la pasada temporada que recoge el derbi jugado en San Mamés. (Marisol RAMIREZ/ARGAZKI PRESS)
Foto de archivo de la pasada temporada que recoge el derbi jugado en San Mamés. (Marisol RAMIREZ/ARGAZKI PRESS)

Respondía ayer en una entrevista el locuaz Antonie Griezmann que cuando uno llega a la Real Sociedad «en las categorías inferiores solo se habla del Athletic. Lo más importante es ganarle. Y ahora también».

El escritor y declarado futbolero mejicano Juan Villoro simplemente le espetaría al francés que «disfrutar más con las caídas del rival que con los triunfos de tu equipo es como odiar más a tu exnovia que querer a tu novia». Y otro tanto valdría para el Athletic cuando quien anda angustiado es su vecino donostiarra.

En esta ocasión, ambos equipos llegan al último derbi que vivirá el viejo San Mamés con muy diferentes necesidades, más allá de la lógica de la victoria. Y eso se nota en las declaraciones prepartido de unos y otros.

«La temporada pasada fue muy duro ser el vecino del Athletic», llegó a reconocer Zurutuza el año pasado. En la actual, los rojiblancos ni siquiera tienen tiempo de mirar de reojo a los realistas.

Para los locales lo de esta noche va más allá de un derbi al uso. Y hacen bien en despojarse de ese halo sentimental. Como decía Javi Clemente allá en los ochenta cuando le tocaba visita al vetusto Atotxa, «cada vez que nos montan un acto, un homenaje o un festejo, palmamos seguro».

Los rojiblancos de Bielsa necesitan de manera imperiosa la victoria, sea quien sea el rival. Tres puntos a los que aferrarse y con los que enderezar su errático caminar.

Ojo a la banda derecha realista

No lo van a tener fácil los leones y prueba de ello es la respuesta que ayer en Lezama, tras el entrenamiento vespertino, dio el recuperado Iker Muniain cuando le cuestionaron sobre su quiniela: «Un uno fijo, pero a ver lo que pasa».

Y es que enfrente está una Real en racha, que no vendrá a esperar sino a protagonizar, a presionar muy alto, a la que todo le sale, con mucha artillería arriba, enorme movilidad para un equipo rojiblanco que juega al marcaje individual, y una defensa seria y con dos laterales, De la Bella y Carlos Martínez, que lo están haciendo de fábula.

La mejor arma ofensiva de los donostiarras viene por su flanco derecho, con Vela, y precisamente sobre la banda defensivamente más floja del actual Athletic, la izquierda. Ojo a esa particular pugna.

El once realista será seguramente el habitual de Montanier, todo lo contrario del de Bielsa, al que la enfermería le trae de cabeza.

Tras lo visto ayer, San José volverá a hacer pareja con Laporte en otra zaga más de circunstancias, De Marcos llega a tiempo y estará junto a Herrera y la incógnita radica en si jugará Ibai o finalmente Muniain es la carta del argentino.

De lo que no cabe duda es de que ante un derbi, el de la Txantrea, por compromiso y motivación, es de los que siempre debería salir de inicio. Otra cosa es su estado de forma. Desde luego, los rojiblancos necesitarán su mejor versión ante un partido que es mucho más que un derbi.

Eso también lo sabe la afición, que colgó ayer el cartel de no hay billetes tras agotarse las últimas 500 entradas puestas a la venta. Será una despedida por todo lo alto... siempre y cuando la Real se siga yendo de vacío.