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Donostia

Ertzaintza: ¿Hacia un «nuevo modelo policial de proximidad»?

Poco después de llegar al cargo de lehendakari, Iñigo Urkullu afirmó que apostaba por «un nuevo modelo policial de proximidad». El oscurantismo en torno al caso Cabacas, la violenta irrupción de la Ertzaintza en el Askegunea de Donostia y su carácter «pionero» a la hora de abordar los escraches muestran lo contrario.

El vocablo ‘peligro’ que se incluye en el tuit que abre este artículo bien podría servir de muestra del sentimiento que provoca la mera presencia de la Ertzaintza en amplios sectores de la sociedad vasca. La nueva situación política ha sido, quizás, la que ha propiciado que el Departamento de Interior de Lakua pase a llamarse de Seguridad y que Iñigo Urkullu, poco después de ser nombrado lehendakari, anunciase su apuesta por «un nuevo modelo policial de proximidad». Pero acontecimientos recientes muestran que el Ejecutivo de Lakua todavía no ha querido, o no ha podido, avanzar en esa vía.

La consejera de Seguridad de la CAV, Estefanía Beltrán de Heredia, afirmaba este viernes que el Departamento que dirige asume como suyas las declaraciones del jefe de la Ertzaintza, Gervasio Gabirondo, en las que señalaba que la muerte de Iñigo Cabacas fue «un accidente». Esta afirmación se suma al oscurantismo que reina, un año después, en este caso. Recientemente, GARA y NAIZ desvelaban que una orden de comisaría desató la carga que mató al joven aficionado del Athletic, pero no hay imputaciones al respecto, todavía.

Tras aquel fatídico suceso, y sumado al caso de Xuban Nafarrate, el entonces consejero Rodolfo Ares anunció que la Ertzaintza dejaría de usar pelotas de goma en enero de este año, medida que finalmente no se hará efectiva, según Gervasio Gabirondo, quien ha dicho esta misma semana que aunque utilizarán nuevo material ‘antidisturbios’ menos lesivo, seguirán manteniendo los ‘peloteros’ actuales. Su uso es habitual, también, en otras policías y ha sido denunciado por numerosos colectivos.

Gervasio Gabirondo fue responsable «antiterrorista» con el consejero Juan María Atutxa, que mostró un empecinamiento importante con la juventud. Esa fijación ha vuelto a demostrarse esta semana con la irrupción violenta de ertzainas en el Askegunea del Boulevard donostiarra. Donde se ha podido comprobar, además, que la Ertzaintza no cumple con las medidas adoptadas en el ámbito de su identificación o con el uso de las prohíbidas porras extensibles.

También se esperaban cambios por parte de la Ertzaintza en ámbitos como la libertad de expresión. Durante la anterior legislatura, el Ejecutivo de Patxi López comenzó a perseguir las muestras de solidaridad con los presos vascos, y durante la última semana la Policía autonómica ha demostrado que el criterio no ha cambiado. El sábado pasado la Ertzaintza identificó a ocho ciudadanos de la Parte Vieja donostiarra por portar fotos de los presos políticos, y no hace tanto que irrumpió en el Gaztetxe de Gasteiz por el mismo motivo.

«Escraches borrokas» y el carácter «pionero» de la Ertzaintza

Más allá del ámbito político o futbolero, el salto cualitativo ha sido significativo a la hora de reprimir la contestación social. Este jueves la Policía cargó contra los concentrados ante la asamblea de BBK en Bilbo para denunciar el recorte de la Obra Social. Esta protesta ha sido utilizada por la prensa española para hablar de «escraches borrokas» por la presencia de históricos de la izquierda abertzale como Tasio Erkizia.

Quizás por ello la Ertzaintza ha sido «pionera» en acotar la protesta contra los desahucios, denominada escrache, que pretende presionar a los políticos para que actúen. Prohibición que no es tal, según la Policía, ya que dicen que se trata de «proteger la privacidad de las personas» , «protección» que se materializó el martes en Donostia.

Visto lo visto, el «nuevo modelo policial de proximidad» anunciado parece que tardará en llegar y no será raro que proliferen tuits como el que cierra este artículo.