@Juanjo BASTERRA
Elkarrizketa
Ainhoa ETXAIDE
Secretaria general de LAB

Etxaide: «Este pueblo se tiene que levantar ante esta dictadura económica

A juicio de la secretaria general de LAB, «se ha cedido y otorgado a la élite económica y empresarial el poder» y este escenario de juego solo variará «si se da la palabra al pueblo, de forma democrática, y Euskal Herria decida un proceso soberanista a partir del cual se fije el nuevo modelo económico y social más justo, porque hay riqueza».

Ainhoa Etxaide. (Marisol RAMIREZ / ARGAZKI PRESS)
Ainhoa Etxaide. (Marisol RAMIREZ / ARGAZKI PRESS)

La sexta huelga general convocada desde Euskal Herria significa que la economía, el empleo,  la relaciones laborales y sociales van a peor.

¿Cuál o cuáles son las razones fundamentales para participar en esta sexta huelga general en plena crisis?

Diría que la agenda neoliberal que se nos está imponiendo. Tanto el Gobierno del PNV y el de UPN nos imponen nuevos recortes y a la sociedad vasca nos tienen que tener en frente, porque quieren dar todo al capital, al que más tiene. Tenemos la posibilidad de avanzar, de dar pasos importantes en un proceso real de cambios políticos y sociales, porque hay alternativa, que depende de nuestra capacidad para organizarnos, de generar nuevos escenarios y forzar decisiones políticas que no se quieren tomar. Todo, además, depende de que la sociedad se levante, que el pueblo rechace todo lo que está pasando. De que nos hagamos dueños de nuestro futuro a base de tomar decisiones y defenderlas de forma colectiva.

¿Qué les diría a los trabajadores vascos en este momento?

Que no hay más opción en este momento que disputar el poder al capital. Eso se hace desde una forma organizada para, desde la determinación, situar en la confrontación, en la movilización y en la organización la capacidad que tenemos de impulsar cambios reales. Así, lograremos que se beneficie a la mayoría social, a la mayoría de Euskal Herria y se genere un nuevo modelo económico y social. Resignarnos a que sea el poder económico el que decida cual va a ser nuestro futuro es regalarle a los gobiernos y a la patronal su mejor aliado: nuestra pasividad. No lo podemos hacer. Hay que salir a la calle a luchar.

¿Qué debe cambiar ante esta situación de crisis descarnada?

Habría que aplicar una reforma fiscal sustancial; generar empleo de calidad; reparto de la riqueza y de empleo. La alternativa es hacer otras políticas, construir entre todos una salida a esta crisis. A partir de esta huelga, damos un paso más: abrimos un proceso de debate, social, que nos permita determinar ese nuevo modelo económico y social. Llevamos desde 2009 diciendo que con la reformulación del capitalismo no hay salida posible. Es más, nos están imponiendo el capitalismo más salvaje, y ahí no tienen cabida ni nuestros derechos, ni los servicios públicos ni los derechos nacionales de Euskal Herria. Lo que está haciendo el capital es utilizar la crisis para levantar los topes. De ahí que el modelo alternativo es lo que definiremos en la Carta Social.

¿Cuáles son las claves de esa carta social para Euskal Herria?

Primero, el debate del modelo social y modelo alternativo. Y segundo, cómo disputamos el modelo que el poder económico nos quiere imponer. Antes se hizo con la Iniciativa Legislativa Popular y tuvo el recorrido que tuvo. Habrá que ver si es la formula eficaz, o deben ser otras. Tenemos que darle la palabra a la sociedad sobre un nuevo modelo en el que tenemos que ser partícipes. La elaboración de la carta articulará el movimiento social y sindical. Dará mayor nivel de unidad, de articulación y de organización, por lo tanto será determinante para generar una alianza de clase.

¿Hay empresarios o administraciones que se han interesado por la propuesta que hizo LAB para generar 96.000 empleos?

Seguro que a favor de crear empleo, de dar un futuro a la industria y de implementar mejores servicios públicos hay empresarios e instituciones dispuestos. Pero, sobre todo eso, hay una agenda ultraneoliberal que es la que se ha impuesto y que está implementada desde los grandes gobiernos. Nuestra propuesta demuestra que el problema no es económico. Hay recursos para adoptar un futuro digno para la sociedad vasca. El problema es que quienes están en los gobiernos han cedido al poder, que es el que está marcando el camino cargándose todo lo que se había construido. Tenemos alternativa, pero no tenemos el poder.

¿Cómo se consigue?

Con la movilización, con la lucha, con la organización. Este pueblo se tiene que levantar ante la dictadura económica que nos están imponiendo y demostrar que es capaz de generar alternativa y de avanzar en ese proceso soberanista que nos llevará poco a poco a construir ese modelo económico y social.

¿Urkullu se aprovecha de la situación con sus propuestas?

Urkullu trata de conseguir una mayoría parlamentaria para tratar de implementar sus políticas. Ha elaborado una agenda institucional que se contrapone a la agenda social. O nosotros una agenda social que se contrapone a la institucional. El PNV cogió el Gobierno para hacer la reforma capitalista. La primera decisión fue un recorte de 1.200 millones, luego un decreto alargar la jornada en el sector público, para confirmar que representa al poder económico. No han salido los presupuestos, pero no han renunciado ni a sus proyectos ni a sus políticas. Todo el debate se traduce en buscar mayorías parlamentarias para garantizar esos recortes.

¿Quiere decir que vamos por el mal camino?

No vamos a ser observadores, ni sujetos pasivos. No vamos a participar en ese debate, porque no nos interesa. Lo que pedimos es que se cambien esas políticas, y se debatan democráticamente. Como en la agenda institucional no tenemos cabida, tenemos la agenda social que tiene como objetivo condicionar esa agenda institucional. Cuando dice el PNV que buscamos la activación política y social, efectivamente.

¿Qué le parece la pérdida de las 35 horas en el sector público?

Han roto el ultimo acuerdo que quedaba en pie. Dinamitan una forma de hacer las cosas, y han optado por el peor de los caminos: ser el primer agente de destrucción de empleo como patronal. Una patronal pública que aumenta la jornada es una institución que no tiene ninguna legitimidad para decir a la patronal privada que tiene que recortar la jornada. Por lo tanto, el PNV ha optado por un modelo económico y social que nos hace parecer a la realidad del Estado español, que nos hace estar atados a la evolución económica del Estado español, porque se aplican la mismas políticas y cada vez más estamos alejados de estándares de referencia europeos. Podríamos acercarnos, pero el PNV decide acercarse al modelo del Estado español. A cambio de que la patronal tenga Euskal Herria todo lo que pide.

Ante esas agresiones de la patronal pública, todos los sindicatos se han unido, ¿por qué no se consigue en el resto ?

Porque ha habido algo determinante que hemos comprendido todos: que en ese decreto no hay negociación posible. No hay defensa efectiva posible. No estamos dispuestos a negociar ese decreto ni a participar en ese escenario a partir de ese decreto. Si todos los sindicatos en el ámbito vasco tuviéramos esa posición ante el diálogo social, ante qué hacer ante los gobiernos que aplican medidas ultraneoliberales, la unidad de acción sería posible. Además de esa, otra es que en la pancarta unitaria decía que había que decidir aquí. Por lo tanto hay dos cuestiones que siguen sin resolverse: no vamos a renunciar al derecho sobre qué hay que decidir ante esta crisis y como debe ser nuestro futuro, y en confrontar con las políticas y los gobiernos que están haciendo justamente lo contrario.

¿LAB irá a la mesa de diálogo social que propugna el consejero Juan María Aburto?

Para generar una salida compartida y democrática a esta crisis es necesario hablar, dialogar, negociar y llegar a acuerdos. Pero, sentarnos en una mesa para ver a cambio de qué le damos cobertura a esos recortes; LAB no lo va a hacer. Vista la posición del PNV y, las políticas que está implementando, no le vemos salida y no le vemos recorrido alguno a la misma.