Los secretarios generales de ELA, Adolfo ‘Txiki’ Muñoz, y de LAB, Ainhoa Etxaide, han comparecido ante la prensa junto con el resto de sindicatos y agentes sociales que llamaron a la huelga el 30 de mayo para hacer una valoración del seguimiento de la jornada. Se han mostrado satisfechos por el amplio respaldo que, a su juicio, tuvo el paro.

Etxaide ha destacado que lograron sacar a la calle a miles de trabajadores en un claro ejercicio de «desobediencia» frente al capitalismo «más brutal». «Estamos orgullosos» de la respuesta social y «nos reafirmamos en la vía de la confrontación», ha manifestado.

La huelga, ha señalado, fue un «punto de inflexión» porque sirvió para denunciar las «políticas ultraliberales de los gobiernos, la destrucción de empleo o la desprotección social» pero también para «impulsar un modelo social para Euskal Herria».

En ese sentido, han anunciado que el 14 de junio se celebrará la segunda asamblea para definir la Carta de Derechos Sociales de Euskal Herria, un documento que recogerá las bases de un modelo social propio, y han hecho un llamamiento a todas las organizaciones que quieran un cambio para que hagan sus aportaciones. La primera asamblea tuvo lugar el 25 de mayo en Eibar.

Muñoz, por su parte, ha reconocido también que es evidente que hay «mucho miedo» entre los ciudadanos, a los que se les está «aterrorizando» para no salir a la calle a defender sus derechos y ha alertado de «lo que viene» con la reforma de las pensiones, un «bocado suculento» para «hacer negocio con las pensiones de la gente».

A su juicio, las políticas de los gobiernos «no sirven para nada», tan solo para «transferir el dinero de los ciudadanos a los más ricos y generar más paro, más pobreza y más desigualdad».

En opinión del secretario general de ELA, «el único camino que le queda a la gente para forzar cambios en las políticas son las movilizaciones sociales». «No hay otro camino que la movilización social», ha insistido.

Ha arremetido contra la «ola neoliberal» que impera en Europa bajo el control de las elites políticas y económicas y la «sumisión» a esas políticas de las que «hacen gala tanto el gobierno español como el vasco».

Ambos sindicatos han anunciado que continuarán con las movilizaciones y han hecho un llamamiento a la sociedad para definir cuanto antes un nuevo modelo social en Euskal Herria.