El escocés Andy Murray ha ganado esta tarde en Londres el segundo título de Grand Slam de su carrera. La final ha puesto a prueba una vez más el tradicional miedo escénico que acosa al segundo tenista del mundo ante su público, que le anima hasta la extenuación pero que, al mismo tiempo, añade sobre él una presión que en ocasiones no ha sabido manejar.
Murray ha vencido a un Djokovic que llegaba a la final en el cenit de su carrera, que luchaba por llevarse su sexto Grand Slam -el segundo este año, después de Australia-, pero al que le ha pasado factura el esfuerzo de las semifinales tras luchar casi cinco horas con el argentino Juan Martín del Potro.