Unas críticas que están poniendo día sí y día no a Donostia 2016 en el ojo del huracán y que han impulsado al actual equipo de dirección cultural a salir ante la opinión pública a explicar que «no ha existido injerencia política alguna en el contenido artístico y cultural» del proyecto, así como a recordar que «el proyecto sobre el que se trabaja actualmente es el mismo con el que San Sebastián ganó el título de Capitalidad Europea de la Cultura».

En vísperas de que se produzcan las nuevas incorporaciones en el equipo de dirección de la Oficina de Donostia 2016, y con la filtración del informe confeccionado por el jurado europeo como fondo, Otxoa, Bernués y Eraso han quitado importancia a las referencias negativas que incluía el informe –de hecho, han apuntado que es algo habitual que se haga hincapié en los extremos a arreglar, que, en muchos casos, ya están subsanados– y negaron que «nunca, ni ahora ni antes –ha recalcado Santi Eraso– ha habido injerencia política alguna en el proyecto cultural, tanto en su conceptualización como en su desarrollo y ejecución».

Ataviado, ha dicho, con la misma camisa «horrorosa» que llevaba el día en el que el jurado europeo eligió a Donostia como capital cultural europea en 2016, junto a la ciudad polaca de Wroclaw, Santi Eraso ha reiterado que el proyecto sigue siendo el mismo, pese a los recortes económicos causados por la crisis, y ha llamado a que «veamos la botella medio llena y no medio vacía».

«Es precisamente ahora cuando necesitamos, más que nunca, que se restaure el consenso y se recupere el apoyo de representantes institucionales, agentes sociales, culturales y mediáticos del territorio para que, a pesar de las discrepancias, siempre necesarias y enriquecedoras, continuar con el trabajo realizado hasta el momento y acelerar su implementación», apunta el comunicado conjunto de los tres directores.