El Archivo Histórico de Euskadi, que hoy ha abierto sus puertas, está ubicado en la calle María Díazde Haro de Bilbo, en un edificio de once plantas –cuatro subterráneas–, con una superficie construida de 8.542 metros cuadrados. Consta de 20 kilómetros lineales de estanterías para archivo documental, salas de exposiciones, salón de actos, salas de lectura y consulta y laboratorios para el tratamiento y conservación de documentos, además de un amplio jardín en el patio de manzana. Su coste alcanza los 13,6 millones de euros.

El acceso al Archivo Histórico y la utilización de las instalaciones de uso público es libre, y se pone a disposición de la ciudadanía dos modalidades de consulta, bien a través del portal web del archivo, www.eah-ahe.org, en el que es posible consultar tanto los inventarios de los fondos de archivo conservados como la copia digital de los documentos; o presencialmente, en la sala de usuarios, ubicada en la segunda planta.

En cuanto a los fondos, cuenta con el archivo del primer Gobierno Vasco y el del exilio (1936-1979), al que se sumarán progresivamente los documentos de los ejecutivos autonómicos habidos desde 1979, y documentos aportados por familias, particulares y movimientos sociales, que se remontan hasta 1430.

El 80% en Internet

Según ha explicado la consejera de Educación y Cultura de Lakua, Cristina Uriarte, al 80% de los documentos se puede acceder a través de Internet, en total 500 archivos públicos y privados, 3.200.000 imágenes de documentos, desde el siglo XIII al XX. También contiene 5.500.000 registros sacramentales, es decir, el censo completo de Gipuzkoa, Bizkaia y Araba hasta 1900.

A la inauguración del Archivo han asistido el lehendakari, Iñigo Urkullu, consejeros de su gabinete y diversas autoridades. Urkullu ha destacado que es «el lugar de la memoria, de una memoria viva que espera ser investigada y difundida para no cometer los errores del pasado».

Uriarte ha señalado que el objetivo es que sea visitado y utilizado «por toda la ciudadanía», no solo por expertos e historiadores.

«Se trata de poner a disposición de toda la sociedad vasca una parte fundamental de la memoria de nuestro país. Los archivos son los registros de las actividades de individuos, organizaciones, empresas o gobiernos. Son testimonio documental de decisiones tomadas, de vidas vividas, de cambios, de innovación, de conflicto y de convivencia», ha indicado.