La UPV ha respondido en un comunicado a la acusación de CCOO de que el trabajador T.C.L.,  que falleció el 20 de mayo tras caer del tejado de la biblioteca del campus de Leioa, no tenía ningún tipo de contrato de trabajo, ni era autónomo, y desempeñaba sus tareas bajo las órdenes de la empresa Lan Ondo Multiservicios SL, subcontratada a su vez por Gaimaz para hacer la obra de impermeabilización en la cubierta del edificio.

«La responsabilidad primera y última corresponde a la empresa contratista y a las eventuales subcontratistas que intervengan en la obra, ya que son estas entidades las que tienen la consideración de empresario a los efectos previstos en la normativa de prevención de riesgos laborales», ha alegado la UPV.

La universidad, que sostiene que «el estado de las claraboyas es ajeno al fatal suceso», garantiza que comprobó «en todo momento» las condiciones en que accedieron los trabajadores de Gaimaz al recinto.

Según la UPV, esta comprobación se hizo «a través de la redacción y firma de un acta a través del personal facultado al efecto».

La entidad académica remarca que no tuvo constancia de la intervención de empresas o personas ajenas al contratista «hasta el inicio de las investigaciones que se están llevando a cabo» para aclarar las circunstancias de la muerte del operario, que falleció en el acto tras caer de una altura de 25 metros sin disponer de un arnés de seguridad.

Por ello, advierte «inicialmente, la vulneración por parte de Gaimaz de determinadas exigencias legales en lo que se refiere a la subcontratación de la obra a terceros, exigencias que precisamente van dirigidas a mejorar y garantizar las condiciones de seguridad y salud de los trabajadores de la construcción».

A partir de ahí, carga toda la responsabilidad en la empresa contratada y a las que esta a su vez encargó los trabajos.

La UPV subraya «una vez más su voluntad de colaborar en el esclarecimiento de este hecho e identificar las responsabilidades a que diera lugar».