NAIZ

ETA disuelve las estructuras de la lucha armada y refuerza las de la resolución

«Sin esperar a acuerdos», ETA acomete una transformación coherente con el fin de la lucha armada. Según anuncia en un comunicado, ha desmantelado las estructuras con las que atentó («logísticas y operativas») y está formando una destinada a completar el sellado de armamento.

Medio año después del acto de inicio de sellado e inutilización de armamento realizado con la participación de la Comisión Internacional de Verificación, ETA da cuenta en un comunicado remitido a Naiz y GARA de varios pasos muy relevantes que hasta ahora no se conocían y que conllevan una transformación completa de la organización. Entre ellos destaca que «se ha llevado a cabo el desmantelamiento de las estructuras logísticas y operativas derivadas de la práctica de la lucha armada».

Junto a ello, ETA revela que «se está conformando una estructura técnico-logística que tendrá como labor completar el sellado de armamento», avanzando así por la senda abierta al inicio de año y que Madrid y París intentaron torpedear con el acoso a los verificadores. ETA remarca la credibilidad de aquel paso y reafirma su «voluntad de dar una solución coherente, factible y completa a la cuestión, poniendo las armas y explosivos fuera de uso operativo».

En paralelo a estas dos iniciativas, la organización vasca nacida hace 55 años «reforzará la estructura dirigida a realizar las labores políticas de ETA, así como las que tienen como objetivo propiciar conversaciones entre las diferentes partes para avanzar en el proceso de paz».

Antes de dar cuenta de estas decisiones, ETA remarca en un punto completo de su comunicado que en este nuevo tiempo «ofrecerá a Euskal Herria su punto de vista» y «hará su aportación», pero «sin sustituir a nadie ni asumir labores que no corresponden a ETA». Detalla acto seguido su convicción de que «son el resto de organizaciones de la izquierda abertzale y el movimiento popular los sujetos más eficaces para sacar adelante los retos del proceso de liberación». No tiene duda de que es a ellos a quienes corresponde «la responsabilidad de asumir el liderazgo y dirigir ese proceso en esta fase».

En un último apunte sobre esta reestructuración, ETA notifica que «se mantendrán las estructuras necesarias para garantizar el funcionamiento interno» de la organización. Y en consecuencia, explica que toda la militancia de ETA se organizará en función a estas nuevas tareas y estructuras.

El comunicado está fechado el 15 de julio, y aunque no menciona el hecho, coincide con la visita a Euskal Herria de líderes de la comunidad internacional que intentan facilitar el proceso de solución, en este caso Jonathan Powell y Martin McGuinness.

«Inicio de un camino»

Tras presentar esta transformación como «coherente con las decisiones tomadas hasta ahora» y advertir de que se ha emprendido «sin estar esperando a acuerdos» derivados de conversaciones, ETA la sitúa como «el inicio de un camino». Un trayecto que se basa en la confrontación exclusivamente «política y democrática» y que debe conllevar la superación de las consecuencias del conflicto armado, entre las que cita tres: «La vuelta a casa de todos los presos y exiliados vascos, incluidos los miembros de ETA que hoy están en la clandestinidad», «el desarme acordado y ordenado de ETA» y «la desmilitarización de Euskal Herria, como consecuencia de la modificación de las características del conflicto y como base para la normalidad democrática».

«Con todo ello, la fase de la confrontación democrática se superaría de forma definitiva», concluye ETA. En cuanto al conflicto político de fondo, estima que para resolverlo totalmente «habría que desarrollar otras dinámicas de diálogo entre los agentes políticos y sociales de Euskal Herria», en las que se abordaran las causas del conflicto y se alcanzaran acuerdos.

«Entre dos ciclos»

La primera parte de este mensaje de ETA, primero que emite desde abril, analiza la situación actual del proceso. Estima que «pese a existir un nuevo tiempo, podemos decir que Euskal Herria se encuentra todavía entre dos ciclos: se halla a medio camino entre el modelo estatal basado en la negación, la partición y la represión -agotado pero aún sin cerrar- y el escenario democrático que tendrá como base el respeto a la voluntad de Euskal Herria».

ETA considera que impulsar esta «transición» compete a todos los agentes y que en la misma medida les obliga a readaptarse a sí mismos para el nuevo tiempo. «Por desgracia, también aquí aparecen resistencias por todos los lados, hasta el punto de hacer imposibles los diálogos y acuerdos entre todas las partes», lamenta ETA, que observa que aquellos pactos políticos «hechos con la denominación de `antiterroristas'» guían aún la actuación «de la mayor parte de los partidos políticos».

Para ETA, esta transición actual debe dar paso a una «convivencia democrática», sobre tres pilares: «La superación de todas las consecuencias de la confrontación, la garantía de los derechos civiles y políticos, y el acuerdo para construir un solar democrático, en el que la materialización de cualquier proyecto político, independencia incluida, quede exclusivamente en manos de la palabra y la decisión de la ciudadanía vasca».