@zalduariz
BARCELONA

Mas inaugura el pleno de investidura con un discurso marcadamente socialdemócrata

Después de aprobar la Declaración de desconexión por la mañana, el Parlament ha iniciado esta tarde el pleno de investidura con el discurso del único candidato, Artur Mas, que ha presentado un programa de 18 meses lleno de guiños sociales a la CUP. El pleno se retomará mañana por la mañana, aunque la votación no se celebrará hasta la tarde.

«De la mayoría (independentista) depende que no haya pérdida de tiempo. Eso pasa por que haya investidura (de president). Sin investidura no hay Govern definitivo y, consecuentemente, el proceso queda encallado». Aunque las indirectas han sido numerosas a lo largo de todo el discurso, el único candidato a la presidencia de la Generalitat, Artur Mas, ha dejado para el final la apelación directa a la CUP, de cuyos votos depende su reelección.

«No se entendería de ninguna manera que tuviésemos un Parlament plenamente operativo conviviendo con un Govern en funciones», ha añadido, pidiendo de forma implícita el voto a la CUP, algo que los diputados de la Esquerra Independentista llevan semanas diciendo que no harán.

Por lo demás, tal y como se preveía, Mas ha desarrollado un discurso de claro tono socialdemócrata (nada que ver con el president de hace cinco años), lleno de guiños tanto a sus socios de ERC como a la CUP. Así, ha subrayado que «la independencia no es un objetivo en sí mismo, sino que es una herramienta para el progreso, la justicia y la libertad». Para ello, ha desgranado durante hora y media unos objetivos programáticos centrados en «hacer de Catalunya un país más justo», con «más trabajo» y «más limpio».

En cuanto a los resultados del 27S, ha reivindicado que son un «aval democrático sólido». «Existe una mayoría absoluta indiscutible de diputados a favor de la independencia», ha asegurado, recordando que «en democracias de calidad, con menos apoyo se ha permitido un referéndum», en referencia al Quebec y a Escocia.

Mas ha centrado buena parte de sus dardos en el Estado español, recordando, al principio y al final del discurso, que está querellado por el 9N. «De la misma manera que algunos tienen intolerancia a algunos alimentos, el Estado español tiene intolerancia a la realidad nacional catalana», ha considerado.

En cuanto a aquellos que reivindican que el independentismo perdió el plebiscito del 27S, Mas ha repetido que «si quieren contar votos, encantados de la vida». «Si de lo que se trata es de saber quién tiene el 50% de los votos, entonces solo hay un camino: un referéndum puro», ha añadido.

Antes de acabar, como en las grandes ocasiones, con una metáfora marinera, Mas ha reiterado que Catalunya tiene «la ocasión de hacer un país mejor». «La subordinación es cómoda, pero tiene sus costes. La libertad es incómoda porque tiene un precio. Tenemos que elegir si pagamos el coste de la subordinación o el precio de la libertad», ha concluido.

La CUP no se mueve

En una primera reacción en caliente, el diputado de la CUP Albert Botran ha señalado que ha sido un discurso «bien apuntado» en cuanto a la superación del autonomismo, pero muy «insuficiente» y «falto de autocrítica» en cuanto a la política de recortes y a la corrupción.

Botran ha asegurado que «el proceso puede tirar adelante haya quien haya liderando. Quien esté liderando puede ser una persona u otra; lo importante es quien esté detrás y a los lados».