NAIZ
BILBO

Los educadores del Guggenheim inician una huelga indefinida

Los educadores y orientadores de sala del Museo Guggenheim, pertenecientes a la empresa subcontratada Manpower Group, han iniciado hoy una huelga indefinida por el mantenimiento de todos los puestos de trabajo.

Los educadores se han concentrado ante la estatua de Puppy. (Luis JAUREGIALTZO/ARGAZKI PRESS)
Los educadores se han concentrado ante la estatua de Puppy. (Luis JAUREGIALTZO/ARGAZKI PRESS)

Los 18 educadores y orientadores de Sala del Guggenheim se han concentrado esta mañana junto a la estatua de Puppy para denunciar la situación en la que se encuentran y han desplegado una pancarta en la que se podía leer ‘El Guggenheim destruye 18 puestos de trabajo’.

En representación de todos, Jon López ha advertido de que aunque sus contratos terminan el 30 de setiembre, «no termina el problema. Desaparece la contrata, pero no desaparecemos las personas», ha subrayado.

Ha destacado la importancia del trabajo que realizan, para lo que ha resaltado que solo el año pasado los educadores atendieron a unas 200.000 personas.

Los trabajadores tiene previsto protestar este martes ante la Diputación de Bizkaia, el jueves llevarán a cabo una performance en el exterior del museo y el viernes se entrevistarán con los grupos municipales de Goazen, Bildu y Udalberri en Bilbo, que han solicitado al alcalde, Juan María Aburto, que lleve a cabo una comparecencia, que se producirá ese mismo día a las 11.00.

La decisión de continuar con las movilizaciones se produce después de que la pinacoteca bilbaina anunciara su intención de contratar a tres personas a jornada completa para realizar el servicio de los educadores, lo que, en la práctica, supone que los 18 empleados actualmente subcontratados por Manpower dejarán de prestar sus servicios.

Los educadores del Guggenheim exigen a las instituciones vascas presentes en el patronato del museo –Gobierno de Lakua, Diputación de Bizkaia y Ayuntamiento de Bilbo– una «alternativa consensuada a la destrucción masiva de empleo» que pase por una «dignidad cultural y laboral» que, a su juicio, debería ser «básica» en el Guggenheim.