Qué poco ha faltado para vivir la tercera victoria vasca en este Giro, tras las logradas por Gorka Izagirre y Omar Fraile. No ha podido ser, y Mikel Landa (Sky) se ha quedado con la miel en los labios, derrotado en la recta de meta por Vincenzo Nibali.

Etapa durísima, con 222 kilómetros de recorrido y los pasos por el Mortirolo, el Stelvio y el Gioco di Santa Maria, antes del descenso a la meta de Bormio. El de Murgia se ha metido en un grupo de escapados y ha ido dejando compañeros por el camino hasta quedarse en solitario.

Por detrás, entre quienes pelean por la general, el líder Tom Dumoulin se ha tenido que hacer una parada por un problema intestinal a falta de 30 kilómetros y ha perdido buena parte de la renta de la que gozaba.

Sus principales rivales han aprovechado la circunstancia, especialmente el siciliano Vincenzo Nibali (Barhain) y el colombiano Nairo Quintana (Movistar). El Tiburón de Messina ha dado caza a Landa en el descenso, y ambos han llegado juntos a los metros finales, en los que el alavés ha pagado caro el esfuerzo de su larga cabalgada y la voracidad de su rival, que ha preferido el triunfo parcial a buscar un aliado para las etapas que restan. Quintana ha sido tercero, a 12 segundos.

En la general, el holandés Dumoulin mantiene el maillot rosa, pero ahora con solo 31 segundos sobre Quintana y 1.12 sobre Nibali.

Este miércoles otra larga etapa y rompepiernas, 219 kilómetros, con dos puertos de Segunda y uno de Tercera. La salida en Tirano, a 417 metros de altitud, y llegada en Canazei, a 1442. Un aperitivo para la explosiva etapa dolomítica del jueves. Página especial de NAIZ.