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Confirmada una condena de 14 años y 6 meses por agresión sexual a dos menores en Iruñea

La Sala de lo Civil y Penal del Tribunal Superior de Justicia de Nafarroa ha confirmado una condena de 14 años y 6 meses de prisión impuesta por la Sección Primera de la Audiencia de Nafarroa a un acusado de haber agredido sexualmente a dos jóvenes menores de edad a los que, además, amenazó para que no lo denunciaran.

El procesado deberá indemnizar a los perjudicados con 5.010 y 15.000 euros, respectivamente, por el daño moral. La sentencia puede ser recurrida ante el Tribunal Supremo español.

En la sentencia, se recoge que «la prueba practicada y examinada ha revelado que la intimidación llevada a cabo fue clara y suficiente a los efectos pretendidos por el agresor, pues las víctimas dieron en sus declaraciones múltiples detalles de aquella intimidación, expresada a través de la actitud del recurrente y de las claras amenazas proferidas por este hacia las víctimas, parientes o amigos».

De otro lado, añade, «dadas las contundentes pruebas de cargo aportadas, juzgamos que un solo dato, la parecida edad de agresor (19 años) y víctimas (17 y 16 años), en modo alguno puede generar el radical efecto de desvirtuar toda esa prueba de cargo y exonerar al acusado».

La sala «acepta» los hechos probados, ocurridos en mayo de 2016, y que se recogen en la sentencia de la Audiencia de Nafarroa, que considera que «está amplia y correctamente motivada, sin asomo, por tanto, de indefensión alguna», como pedía el recurrente.

En concreto, continúa, «como hemos señalado y ha alegado el Ministerio Fiscal, la condena no sólo se apoya en la declaración de las víctimas, esencial en este tipo de delitos, sino asimismo en las otras pruebas».

Ha recordado que, sobre una de las agresiones, el Ministerio Fiscal «insiste en que la declaración de la víctima constituye prueba suficiente para destruir el principio de presunción de inocencia, que esta declaración está aquí avalada por la prueba testifical y otros indicios probatorios, como la prueba del ADN y la grabación en CD captada por una cámara de vigilancia de un portal, y que la declaración del acusado no está corroborada por prueba alguna».

Según añade, «una vez que este tribunal de apelación ha examinado todas las pruebas practicadas, tanto las sumariales como, singularmente, las desarrolladas en el acto del juicio, debemos adelantar que compartimos esta oposición del Ministerio Fiscal y avalamos plenamente tanto la valoración probatoria efectuada en la instancia como los certeros razonamientos que contiene la sentencia recurrida, que hacemos nuestros».

Sobre la otra agresión, dice que «la víctima se expresó con firmeza cuando relató la intimidación, agresión y amenazas padecidas, dando además múltiples detalles del miedo y sufrimiento a que fue sometido; por lo demás, reconoció sin ninguna duda al recurrente como al autor de los hechos». «Pero, además, estos hechos cuentan con otras dos pruebas incriminatorias», ha comentado.

Los hechos
La primera agresión sexual se produjo sobre las 16.30 horas del 12 de mayo de 2016 en el barrio iruindarra de Sanduzelai. El acusado, que entonces tenía 19 años, abordó a un joven de 17 años que esperaba a un amigo y le obligó a introducirse por la fuerza en los baños de un local.

Tras la agresión sexual, le quitó 10 euros de la cartera, le sustrajo el móvil y, con actitud intimidatoria, le dijo que se iban a dirigir a un cajero para que extrajese 150 euros. A la salida del local, la víctima vio a su amigo, por lo que el encausado la dejó marchar no sin antes amenazarla para que no le denunciara.

Por estos hechos, ha sido condenado a tres años de prisión por un delito de agresión sexual, dos años y seis meses por robo con intimidación y un año por amenazas condicionales.

La segunda agresión sexual se perpetró la madrugada del 15 de mayo, cuando el inculpado se acercó a un menor de 16 años a la salida de una discoteca y le obligó a acompañarle hasta su coche. Le dijo que dos amigos suyos le vigilaban y que debía cachearle para comprobar si tenía la cocaína que le habían quitado.

Pero no se dirigieron hacia vehículo alguno sino que se encaminaron hacia el barrio de Sanduzelai. Accedieron a un portal sin llave de entrada y en su interior consumó la agresión sexual. Del mismo modo, amenazó a la víctima con matarla si le denunciaba.

La Sección Primera de la Audiencia impone al acusado por estos hechos siete años de prisión por un delito de agresión sexual y un año más por amenazas condicionales con la concurrencia de la atenuante de toxicomanía.