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El Foro Social y Egiari Zor ponen en valor el informe de Lakua sobre la tortura

En sendos comunicados, el Foro Social y Egiari Zor han valorado de forma «muy positiva» el informe de Lakua sobre los casos de tortura en la CAV, El Foro Social considera que ofrece «un mecanismo para afrontar la verdad y la reparación institucional futura», pero entiende que «falta por afrontar la justicia». Egiari Zor afirma que se trata de «una valiosa herramienta de trabajo» y que «viene a corroborar una verdad a gritos, hasta ahora mutilada».

El Foro Social ha celebrado el informe presentado por Lakua, al considerarlo «un mecanismo para afrontar la verdad e, incluso, la reparación institucional futura». Sin embargo, considera que «falta por afrontar la justicia que merecen todas las víctimas». En una nota, el Foro Social remarca el derecho de todas las víctimas de violencia a «la verdad, la justicia y la reparación».

«Este informe nos sitúa en la custión de cómo afrontar todos los casos sin resolver o esclarecer», añade señalando que engloba casos de víctimas de ETA, GAL, BVE, Comandos Autónomos Anticapitalistas o de los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado español.

Asimismo, apunta a la busqueda del equilibrio entre el derecho de la víctima y la aspiración a la convivencia, para lo que reclama «una sociedad sin más juicios ni más presos de motivación política». Para ello, apuestan por «un acuerdo político y social lo más transversal posible, que incluya a todas las víctimas». Lo que en otros conflictos ha sido llamado justicia transicional. «Solo resolviendo todas y cada una de las consecuencias del conflicto podremos construir un proceso de resolución con garantías de no repetición».

Por su parte, Egiari Zor destaca que el informe «viene a corroborar científicamente una verdad a gritos, hasta ahora mutilada: la tortura ha sido utilizada de manera sistemática y con total impunidad en contra de la ciudadanía de Euskal Herria». El informe cita 4.113 casos, pero Egiari Zor señala que «la realidad es mucho más amplia de lo que en el informe se evidencia».

En este sentido, señala que «todos los que pudieron acabar con esta lacra, miraron hacia otro lado» y apunta a «jueces, forenses, políticos o medios de comunicación».

Frente a ello, considera el informe como «una valiosa herramienta» para «conseguir la anulación de la incomunicación de las personas detenidas, destruir los espacios opacos de las comisarías, terminar con la connivencia y el corporativismo, abordar desde una perspectiva de género la incidencia de la tortura en las mujeres, analizar las consecuencias psico-sociales o reparar en el trauma transgeneracional de la tortura».