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DONOSTIA

Un ateo antimilitarista en contra del capitalismo, la otra vertiente de Stephen Hawking

Palestina, guerras como la de Vietnam en los 60 o la de Irak en tiempos más actuales, han sido causas que llevaron a tomar partido a Hawking, que no dudó en advertir sobre la amenaza que el sistema capitalista entraña para la aspiración a una sociedad de iguales.

Stephen Hawking, en 2008, junto al expresidente sudáfricano Nelson Mandela. (Denis FARRELL/AFP)
Stephen Hawking, en 2008, junto al expresidente sudáfricano Nelson Mandela. (Denis FARRELL/AFP)

Aunque sobre la vida de Stephen Hawking destacan, en primer lugar, el trabajo científico y, en segundo, su estatus de celebrity –no cualquiera aparece en ‘Star Trek’, ‘The Simpson’, ‘The Big Bang Theory’ o en una canción de Pink Floyd–, hay otra vertiente que está pasando algo desapercibida en esta jornada de obituarios y homenajes: su firme compromiso con valores humanistas y de izquierdas.

De ello dio cuenta hace ya medio siglo, con su oposición pública a la guerra de Vietnam, posición que retomó con fuerza en contra del Gobierno de Tony Blair y su apoyo a la guerra de Irak. «Cerca de 100.000 personas han muerto, la mitad de ellas mujeres y menores. Si no es un crimen de guerra, ¿qué es?», se preguntó en noviembre de 2004 en una manifestación contra la guerra celebrada en Londres.

Asimismo, Hawking, que se declaró ateo convencido –«No hay ningún dios, soy ateo», dijo no hace tanto a ‘El Mundo’–, rechazó públicamente el título de caballero ofrecido por la reina Isabel II, alegando que no le gusta «el concepto global» de estos títulos honoríficos y criticando de manera elocuente la política británica de financiación de las investigaciones científicas.

También tomó partido abiertamente contra la ocupación de territorios palestinos por parte de Israel, cuya política sionista criticó abiertamente. De hecho, aunque viajó en más de una ocasión a Israel, tras el bombardeo de Gaza en 2009 el físico inglés participó activamente en la campaña de boicot académico a Israel y en 2013, por ejemplo, se negó a participar en una conferencia en una universidad de Tel Aviv. «La política del Gobierno israelí conduce al desastre», declaró en aquella ocasión.

El peligro del capitalismo

En una fecha más reciente, concretamente en octubre de 2015, Hawking se explayó acerca de los peligros del capitalismo en la lucha contra la desigualdad. En un coloquio virtual organizado por la revista científica ‘The New Reddit’, Hawking fue preguntado sobre el peligro que puede suponer la robotización de la economía para el trabajo y, por consiguiente, para la distribución de la renta. El científico fue claro a la hora de exculpar a los robots y señalar a las condiciones sociales y económicas en las que se está desarrollando esta nueva revolución industrial.

«Si las máquinas producen todo lo que necesitamos, el resultado dependerá de cómo se distribuyen las cosas. Todo el mundo podrá disfrutar de una vida de lujo ociosa si la riqueza producida por las máquinas es compartida, o la mayoría de la gente puede acabar siendo miserablemente pobre si los propietarios de las máquinas cabildean con éxito contra la redistribución de la riqueza», explicó el recien fallecido científico.

No se llevó a engaño sobre cuál de las opciones está triunfando: «Hasta ahora, la tendencia parece ser hacia la segunda opción, con la tecnología provocando cada vez mayor desigualdad».

Y como gran aficionado a las profecías, añadió: «Los dueños de las máquinas se posicionarán como la burguesía de una nueva era, en la cual sus corporaciones no proveerán de puestos de trabajo a las personas».