NAIZ
BERLÍN

La Policía alemana detiene al presidente de Audi por el «dieselgate»

La Policía alemana ha detenido al presidente del fabricante automovilístico de la gama Audi, Rupert Stadler, ha informado la compañía matriz Volkswagen, que precisa que la detención es temporal. Ha sido arrestado por su supuesta implicación en el caso de las emisiones de vehículos diésel.

Rupert Stadler, presidente de Audi. (Daniel ROLAND/AFP)
Rupert Stadler, presidente de Audi. (Daniel ROLAND/AFP)

Volkswagen ha explicado que el encarcelamiento continúa y que se mantiene la presunción de inocencia para Stadler.

La Fiscalía de Múnich, encargada del caso Audi, ha ordenado la prisión preventiva porque considera que existe peligro de que Stadler entorpezca la acción judicial.

La Fiscalía alemana ha incluido al presidente de la firma de los cuatro aros entre los sospechosos acusados de fraude y publicidad falsa por el escándalo de las emisiones de vehículos diésel del grupo Volkswagen.

Además, la semana pasada registró el apartamento de Stadler y afirmó que está investigando a 20 sospechosos, entre los cuales también se encuentra otro miembro actual de la junta directiva de Audi.

Los fiscales alemanes aseguraron que todos los sospechosos están siendo investigados por presunto fraude y publicidad falsa y por su papel en ayudar a comercializar vehículos con software ilegal en el mercado europeo.

La Fiscalía de Braunschweig impuso la semana pasada una multa de 1.000 millones de euros por la manipulación de las emisiones de gases en motores diésel al grupo automovilístico alemán Volkswagen, que la ha aceptado y que no recurrirá.

De este modo concluye el proceso para Volkswagen, que esperaba la semana pasada que tuviera «efectos positivos notables» sobre otros procesos que el grupo y sus filiales tienen en otros países de Europa.

La Justicia alemana considera probado que desde mediados de 2007 y hasta 2015, se produjeron incumplimientos que permitieron que Volkswagen equipara 10,7 millones de vehículos con el motor diesel EA 288 de la tercera generación en EEUU y Canadá y con el motor EA 189 con una función de software ilegal, que se vendieran y que entraran en circulación.