En relación con el juicio por la muerte de Iñigo Cabacas que ha comenzado esta semana, el sindicato ELA ha enviado a los medios un comunicado en el que reclama cambios en el modelo policial.

«La muerte de Iñigo Cabacas para ELA no es un accidente, sino por desgracia, la consecuencia más extrema de una actuación policial que deja en evidencia un modelo policial necesitado de profundos cambios», señalan.

ELA critica que «la instrucción de este caso ha puesto de manifiesto gravísimas irregularidades que son muestra de un modelo policial que necesita ser revisado y transformado en profundidad».

«Han fallado los mecanismos de rendición de cuentas en la cadena de mando y en relación con instituciones representativas como el Parlamento o instituciones independientes como el Ararteko. El Auto evidencia la utilización de manera irresponsable de la fuerza, sin tener en cuenta las condiciones en que se desarrolló el operativo. Queda patente también la falta de control sobre el armamento y la escasa formación de los agentes. Queda en evidencia la ausencia de discrecionalidad que se exige a los agentes, para que obedezcan órdenes sin rechistar. Los responsables del ejecutivo eludieron importantes responsabilidades. Se ascendió al responsable principal del desgraciado operativo. La fiscalía ha actuado insuficientemente como pareció sugerir el que fuera Fiscal Jefe», añaden.

Para ELA el juicio oral «debe ayudar a esclarecer los hechos ocurridos y depurar las responsabilidades penales». «Dicho esto, tenemos que recordar que de ninguna manera están encausadas todas las personas que debieran estarlo, haciendo recaer todo el procedimiento penal en algunos de los escalones más bajos de la cadena. Los responsables policiales y políticos de la muerte de Iñigo Cabacas no se sentarán en el banquillo de los acusados», dicen en sus reflexiones.

En este sentido, recuerdan que ELA exigió desde el primer mometno «la investigación en profundidad de todos y cada uno de los hechos ocurridos aquella noche y la depuración de todas las responsabilidades a todos los niveles, incluidas las responsabilidades políticas». «Decíamos entonces, y nos reafirmamos ahora, que el conjunto de la sociedad y especialmente la familia tienen derecho a que se reconozca la verdad sobre lo ocurrido», añaden.

Desde el sindicato ELA censuran que «es evidente que las autoridades han tomado nota de no pocas de las irregularidades, aunque se muestran reticentes a corregir elementos relacionados con el modelo de policía (formación, rendición de cuentas…). Queremos recordar que fuimos el único sindicato en la Ertzaintza en exigir la retirada de las pelotas de goma, cosa que finalmente se ha hecho». «Estos hechos, y otros muchos, deben servirnos para hacer un debate en profundidad sobre el modelo de policía que necesita este país. Un debate que debe ocupar no solo a las instituciones y partidos, sino también a las organizaciones sociales y a las que trabajan por los derechos humanos», insisten.

ELA lamenta el papel que están jugando los «sindicatos corporativos» de la Ertzaintza, que «anteponen un cierre de filas corporativo frente a la verdad y la justicia. Este papel ha sido alimentado durante años por la propia consejería de Seguridad».

En este sentido, señalan que también f«ue ELA en solitario el sindicato que exigió el cese del consejero Rodolfo Ares». «Resultan especialmente preocupantes las consignas exculpatorias que algunas de estas organizaciones están lanzando durante estos días», censuran y añaden que «los y las ertzainas son servidores públicos, y su defensa y apoyo pasa por el esclarecimiento, sin ninguna opacidad, de lo realmente ocurrido»».

Finalizan el comunicando asegurando que «la concatenación de irregularidades e injusticias, unida al alargamiento del proceso, están a buen seguro provocando un sufrimiento añadido e injusto a los familiares de Iñigo Cabacas. Desde ELA les queremos manifestar nuestro más sentido pesar y solidaridad en estos momentos especialmente difíciles».