Asier Robles
Bilbo

Un testigo afirma que lo primero que escuchó «fueron los disparos»

En la cuarta sesión del juicio por la muerte de Iñigo Cabacas, han declarado testigos de las dos partes. Elena Moreno Zaldibar, directora de la academia de Arkaute en el momento de los hechos y viceconsejera de Medio Ambiente de Lakua en la actualidad, ha declarado como testigo y de su declaración se puede deducir que hubo una negligencia en la forma de actuar de la Ertzaintza esa noche.

Cuarta sesión del juicio por la muerte de Iñigo Cabacas. (@goikodeustu)
Cuarta sesión del juicio por la muerte de Iñigo Cabacas. (@goikodeustu)

El primer testigo fue al Bar Kirruli después de ver el partido del Athletic en San Mamés. Según ha recordado, vio llegar dos furgonetas de la Ertzaintza y la gente comenzó a decirles «qué pintaban ahí». No recuerda que nadie lanzase ningún objeto, y, «sin previo aviso, los ertzainas comenzaron a disparar». Tras escuchar a una persona decir que había un herido, se acercó a los agentes y les pidió que llamasen a una ambulancia. El testigo ha asegurado que un agente le contestó «sí ahora vamos» y cuando se dio la vuelta recibió dos porrazos y cayó al suelo.

El segundo testigo, que también se encontraba en la plaza donde ocurrieron los hechos, tampoco vio a nadie lanzar ningún objeto en un primer instante. «Lo primero que escuché fueron los disparos, fue algo de repente», ha recordado. Una vez la Ertzaintza había empezado a cargar, observó a una persona lanzando una botella y le interpeló. Afirma que, en ese momento, los agentes disparaban en horizontal y se quedó «paralizado». «No sabia a donde ir», ha comentado. Iñigo Cabacas se encontraba tirado en el suelo y el testigo se acercó para tratar de atenderle.

Otra testigo, que estuvo durante toda la tarde en el bar Oktoberfest, ha dicho que el ambiente era «bueno». Ha hecho referencia a una pequeña pelea, «nada grave». Más tarde escuchó disparos de pelotas de goma y se escondió debajo de la barra externa del bar. El testigo recuerda a un joven dirigirse a los ertzainas pidiendo una ambulancia. Secundando la declaración del primer testigo, ha señalado que los ertzainas respondieron con porrazos. A su vez, ella se dirigió a los agentes con el fin de decirles que había una persona desangrándose. Ha asegurado que un agente le respondió que «ya sera para menos».

El siguiente testigo estaba en la esquina de la calle Licenciado Poza con María Diaz de Haro. Desde ahí pudo observar cómo cargaba la Ertzaintza. Según ha dicho, vio una ambulancia pasar y a agentes de la Ertzaintza pararla. Tras la carga, se escondió en una cajero. También ha declarado que se lanzaron objetos a los agentes después de los primeros disparos.

El sexto testigo, que estaba en la entrada de la plaza, observó un «tumulto y a un chaval herido». Tras esto, el ambiente «siguió igual», y unos minutos después llegaron varias furgonetas de la Ertzaintza que tomaron posición. Comenzaron a disparar sin previo aviso. «Un joven que se echo las manos al pecho y supuse que le habían dado un pelotazo, yo me intente esconder. La gente huía despavorida», ha relatado. Se fue hacía la calle Licenciado Poza, donde cargaron otros ertzainas. También recuerda a algunas personas lanzando botellas. Mientras corría, un ertzaina de los que estaba disparando le dio con una pelota de goma en la pierna.

Después ha declarado Elena Moreno Zaldibar, la entonces directora de la academia de Arkaute, ahora viceconsejera de Medio Ambiente de Lakua. Moreno ha hablado sobre los manuales para responder a desórdenes públicos. Según estos manuales, a la hora de disparar pelotas de goma había que guardar una distancia de 25 a 50 metros y disparar de rebote. Ha afirmado que los agentes de Seguridad Ciudadana están preparados para responder a incidentes. En su declaración sobre esos manuales de actuación, se puede deducir que hubo una negligencia en la forma de actuar de la Ertzaintza esa noche.

Un amigo de Iñigo Cabacas, ha declarado que vivían «un ambiente festivo». Según ha declarado, cuando llegaron las furgonetas de la Ertzaintza y empezaron a disparar les pidió que se calmaran. «La carga no venía a cuento», ha defendido. Tras ver a un herido en el suelo, volvió a acercarse a los agentes para pedir que parasen, pero tuvo que retroceder ya que estos seguían cargando.

Otro amigo del joven fallecido ha relatado que según escuchó los disparos se intento esconder cerca del Kirruli. «Me pillo de improvisto», ha recordado. Vio pelotas de goma impactar cerca. Y cuando consiguió entrar en el bar, un joven tenía un impacto de pelota en la espalda. Cuando les dejaron salir del bar, ha afirmado que un agente les dijo que saliesen en grupos de cinco y sin mirar a los ertzainas.

El décimo testigo ha asegurado que nadie tiró ningún objeto hasta después de la primera carga. Después, si vio lanzar «algún katxi». También ha dicho que no había encapuchados.

Los siguientes testigos han declarado a petición de las defensas. Los dos primeros han sido dos jóvenes que fueron agredidos por una cuadrilla en la plaza. El primero ha declarado que llamó a la Ertzaintza para denunciar la agresión y que le trajeran una patrulla. «Cuando vi llegar las furgonetas, me dirigí hacia ellas, pero los agentes que bajaron me dispararon y salí corriendo», ha explicado. El otro joven, salió de la plaza en busca de ayuda «después de la agresión» y llamó a SOS Deiak.

El último testigo ha sido un conductor de ambulancia. Ha declarado que fueron al lugar tras haber sido requeridos por una agresión previa. Se fue del lugar al ver que había un tumulto y tras pensar que la zona «no era segura».