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Madrid

Cospedal anuncia que también deja su escaño en el Congreso español

La exsecretaria general del PP y exministra de Defensa, María Dolores de Cospedal, ha anunciado este miércoles que deja su escaño en el Congreso, dos días después de que abandonara la Ejecutiva del partido.

María Dolores de Cospedal sigue el camino de Mariano Rajoy y se aparta de la primera línea. (Javier SORIANO / AFP PHOTO)
María Dolores de Cospedal sigue el camino de Mariano Rajoy y se aparta de la primera línea. (Javier SORIANO / AFP PHOTO)

Cospedal ha hecho este anuncio en un comunicado que ha difundido a través de su cuenta en Twitter en el que pide a sus compañeros del PP que «cierren filas ante las injusticias» y en el que asume que se equivocó al pedir a su esposo, Ignacio López del Hierro, que ayudara en una interlocución que «no era fácil» con el excomisario José Manuel Villarejo.

Argumenta que deja su escaño para «liberar al PP de cualquier ataque, por injustificado que sea», sobre todo ante la inminencia de las elecciones andaluzas, y para que su partido se sienta «libre» de «denunciar» la situación que vive el país, con un presidente del Gobierno que lo es «gracias a los enemigos de España».

Según dice, desde el último Congreso Nacional del PP en julio pasado, en el que fue elegido Pablo Casado presidente del partido, tenía decidido abandonar la política, lo que hubiera hecho «dentro de unos días» al término «de una transición ordenada de sus responsabilidades».

«Nunca pensé que lo fuera a hacer en un ambiente así (...) No he hecho nada de lo que me sienta avergonzada, pero después de reflexionarlo más he querido adelantar mi decisión unas fechas», ha añadido, después de admitir que, aunque ha cometido «muchos errores» en su vida, su interlocución con Villarejo hace nueve años «no es uno de ellos».

«Absoluta tranquilidad de conciencia»

En la carta Cospedal reitera su «absoluta tranquilidad de conciencia» ante lo que hizo, que fue, según ella, «escuchar y pedir aclaraciones» en su papel de secretaria general del PP.

«Si es un pecado mortal haber hablado con un comisario de policía que por aquel entonces, no lo olvidemos, acaba de ser condecorado por el entonces ministro del Interior del PSOE, entonces me equivoqué», señala.

«Nunca he tenido que mentir, nunca lo he hecho. Siempre he dicho la verdad. Y la verdad es que nunca ordené ni encargué espiar a nadie. Pedí más información para confirmar si eran ciertas cuestiones concretas que me habían hecho llegar y que podían afectar a determinadas personas. Esa era mi responsabilidad», explica.