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Masacre de Christchurch: el autor actuó solo y envió su manifiesto ideológico a la primera ministra

La primera ministra de Nueva Zelanda, Jacinda Ardern, dice que no adelantó coordenadas ni detalles de un ataque que deja ya 50 muertos y 34 heridos, 12 en estado crítico, y ha encendido las alarmas globales sobre el auge del supremacismo blanco.

La primera ministra neozelandesa, Jacinda Ardern, visitando un centro de refugiados de Christchurch. (Marty MELVILLE /AFP)
La primera ministra neozelandesa, Jacinda Ardern, visitando un centro de refugiados de Christchurch. (Marty MELVILLE /AFP)

Se van conociendo nuevas informaciones sobre el ataque contra dos mezquitas de Christchurch el pasado viernes, día de oración comunitaria para los musulmanes. El autor de la masacre, el australiano Brenton Tarrant, que apareció el sábado ante el juez esposado, en uniforme carcelario y sonriendo, actuó solo. Las otras tres personas detenidas en un principio han sido puestas en libertad al comprobarse que no tuvieron ninguna participación en los hechos.

Tarrant, un supremacista blanco muy activo en redes sociales que llevaba preparando el ataque durante meses, escribió un manifiesto ideológico para justificar sus actos, inspirado en el manifiesto de 1.500 páginas que el noruego Anders Breivik colgó en la red antes de matar a 77 personas en 2011. Cargado de referencias históricas y de visiones política extremas, en él habla de invasión musulmana, de desplazamiento de los cristianos blancos y de la necesidad de castigarlos porque «el Islam no es una religión, sino una ideología para la dominación global».

La primera ministra de Nueva Zelanda, Jacinda Ardern, ha confirmado que su oficina recibió una copia del manifiesto minutos antes del ataque, que ella misma ha leído cientos extractos del mismo, pero que al no hacer referencia al lugar y a los detalles del inminente ataque, no pudieron hacer nada. No obstante, ha defendido la profesionalidad de la Policía y ante las críticas sobre la tardanza en llegar a las mezquitas, ha declarado que los primeros policías llegaron en seis minutos y las unidades especiales en 10, y que el autor de la masacre fue detenido 36 minutos después de que realizara el primer disparo.

A primeras horas del día, el comisionado de la Policía neozelandesa ha informado que el balance de víctimas mortales asciende ya a 50, muchos de los cuales eran refugiados o inmigrantes, mientras que los heridos hospitalizados son 34, 12 de ellos en estado crítico, incluida una niña de 4 años que se debate entre la vida y la muerte.

Por otra parte, crece la frustración entre las familias de los muertos que están desesperados por poder enterrarlos cuanto antes al ser un principio fundamental del Islam. Normalmente entierran a los muertos no más tarde de las 24 horas de su fallecimiento, pero en este caso, determinar la identidad y las causas de la muerte de las víctimas está llevando más tiempo. Las autoridades han mostrado su voluntad de atender esas necesidades culturales y religiosas y de resolver este asunto cuanto más rápido y con más sensibilidad mejor.