«El lunes por la mañana, entregué mi dimisión al Santo Padre. Invocando la presunción de inocencia, él no quiso aceptarla», ha indicado el cardenal Philippe Barbarin en un comunicado. Pese a ello, ha agregado: «Me dejó la libertad de tomar la decisión que me pareciera mejor para la vida de la diócesis de Lyon. A sugerencia suya y porque la Iglesia de Lyon sufre desde hace tres años, he decidido retirarme un tiempo».
El cardenal, de 68 años y al frente desde hace 17 de una de las archidiócesis de mayor tradición del país, se sentó en el banquillo en enero junto a otros cargos eclesiásticos acusados de no haber denunciado los abusos cometidos contra menores en su diócesis por el cura Bernard Preynat durante 25 años.
Condenado a seis meses de cárcel exentos de cumplimiento y a pagar una indemnización simbólica de un euro a ocho de las víctimas de Preynat que lo habían denunciado, Barbarin fue el lunes al Vaticano para presentar su renuncia al Santo Padre.
Aunque el papa no la ha aceptado, el prelado ha añadido en su nota que la decisión personal de retirarse es efectiva a partir de hoy y que la gestión de la diócesis queda en manos del vicario general y moderador, Yves Baumgarten.
El portavoz interino del Vaticano, Alessandro Gisotti, ha confirmado en otro comunicado la noticia y ha destacado que «la Santa Sede está dispuesta a reiterar su cercanía a las víctimas de abuso, a los fieles de la Archidiócesis de Lyon y de toda la Iglesia de Francia que están atravesando un momento particularmente doloroso».