¿Cómo hizo la izquierda abertzale para transitar de un modelo político-militar a una estrategia democrática? ¿Qué efecto tiene el proceso independentista catalán en Euskal Herria y en el Estado? ¿Cuál es la reacción de los sectores democráticos ante el auge del fascismo en Europa? ¿Qué panorama quedará en el Estado español tras las elecciones del 28 de abril? Estas son algunas de las preguntas formuladas por representantes de la sociedad civil mexicana el encuentro que han mantenido con Arnaldo Otegi, coordinador general de EH Bildu.

En un ambiente cercano, con una treintena de activistas y periodistas de izquierdas, Otegi ha desgranado sus reflexiones sobre el contexto político vasco y global: la ausencia de un socio español para alcanzar un proceso de paz tras la desaparición de ETA, la capacidad del proceso catalán para saltar las costuras del régimen del 78 o la reacción fascista ante las incertidumbres generadas por un período de crisis políticas.

Sobre el proceso político en Euskal Herria, Otegi no ha dado novedades, aunque sí aclaraciones: no se puede hablar de «proceso de paz» en estricto sentido porque no hay un interlocutor al otro lado. «No existe un proceso de paz con el Estado español porque no existe un Estado español que tenga interés en la paz», ha señalado. Un ejemplo: de los más de 300 presos vascos encarcelados en prisiones españolas, 200 ya estarían en la calle únicamente si se les aplicase la legislación ordinaria.

«República de iguales»

Ante la ausencia de un socio en Madrid, Otegi ha explicado que la izquierda independentista buscó dos aliados: la sociedad vasca y la comunidad internacional. «Tenemos un gran reto: somos independentistas, queremos construir la república vasca. Hay gente que se empeña en poner adjetivos, nosotros hablamos de una república de iguales», ha señalado.

En su opinión, el independentismo tiene ahora que afrontar una transformación similar a que se produjo hace 60 años con el auge de las ikastolas, el nacimiento de las cooperativas y el surgimiento de la lucha armada de ETA. Todo ello desde una posición independentista-no-nacionalista.

«El factor identitario tiene que dar paso a un estado que nos proteja, un estado avanzado», ha señalado.

El interés y la preocupación de los interlocutores estaba más en el auge del fascismo, tanto a nivel del Estado español con la irrupción de Vox como en toda Europa.

Otegi ha compartido esta preocupación, alertando, por ejemplo, de que las próximas elecciones al Parlamento europeo concluyan con la extrema derecha como primer grupo parlamentario.

Vox

Preguntado directamente sobre Vox, Otegi ha recordado que «los franquistas pasaron a ser ‘nosotros los demócratas’». Es decir, que el franquismo organizado desapareció en el Estado español, pero no así las personas que habían permanecido en las estructuras fascistas y que no fueron depuradas.

Según el coordinador general de EH Bildu, Vox está recogiendo la indignación de la población española en una clave trumpiana. «¿Qué representa Vox? En ese mundo de incertidumbre, de miedo al porvenir y al futuro, Vox viene con receta simple, primero España, como el America First de Donald Trump, la culpa es de los inmigrantes, España se está rompiendo», ha asegurado.

«Pensamos que hay que empezar a pensar que a escala global hay que construir grandes frentes amplios, nosotros lo estamos haciendo», ha señalado.

Ahí ha ubicado la alianza entre EH Bildu y ERC, basada en un «programa de mínimos simple»: derecho de autodeterminación, libertad de los presos políticos, creación de las repúblicas y defensa de las políticas antiausteridad.

«Habría que hacer algo a escala planetaria, ya que hay una internacional de la extrema derecha», ha afirmado, para luego lamentar que la izquierda suele estar más cerca de la tabla de dividir que de la de multiplicar.

Sobre las elecciones al Congreso español, que tendrán lugar el 28 de abril, Otegi ha considerado que concurren tres bloques: por un lado, la contrarreforma, representada por PP, Ciudadanos y Vox; por otro, el «tancredismo político» de los que no quieren que nada se mueva, donde ha ubicado a PSOE y PNV y, por último, la izquierda soberanista que defiende la ruptura democrática.

En su opinión, es posible que Pedro Sánchez, actual presidente español, revalide el triunfo y juegue a la «geometría política». Ahí considera que las izquierdas soberanistas tendrán mucho que decir. «No estamos en el cuanto peor, mejor», ha señalado, en referencia a esa tesis que dice que un triunfo de la derecha provoca mayor descontento social, incremento de las movilizaciones y mayores posibilidades de triunfo para las tesis transformadoras.

Otegi ha considerado que «no es lo mismo» PSOE que PP, aunque en cuestiones como la unidad de España encaran los problemas del mismo modo. A pesar de ello, ha defendido los dos votos de EH Bildu para desalojar del Gobierno español a Mariano Rajoy. «La izquierda independentista, pera desalojar a la derecha, lo hace gratis}, ha afirmado.

También ha sido preguntado sobre su opinión hacia México, el país que visita y que, actualmente, vive momentos intensos tras la victoria electoral de Andrés Manuel López Obrador. «México desde fuera, lo vemos en periodo de ebullición, de transición, lleno de contradicciones, pero en el lado progresista del continente», ha afirmado.

Como ejemplo, ha puesto la iniciativa liderada por México y Uruguay para una salida dialogada a la crisis abierta en Venezuela, y que ha sido defendida también por EH Bildu.

El coordinador general de EH Bildu se encuentra en México invitado por la Fundación para la Democracia, de Cuauhtémoc Cárdenas. El lunes tomó parte en la guardia de honor ante la tumba del general Lázaro Cárdenas.

Este martes se ha encontrado con Martí Batres, presidente del Senado, y la doctora Diana Alarcón, coordinadora de Asuntos Internacionales de la Ciudad de México. Además, ha ofrecido una charla en la sede de la Comisión de Derechos Humanos de la Ciudad de México.