Mirari Isasi

Muere ahorcada una presa política kurda para exigir el fin del aislamiento de Abdullah Öcalan

La presa política kurda Ayten Beçet ha muerto ahorcada en la prisión de mujeres de Gebze, en un acto de protesta contra el aislamiento al que está sometido desde hace dos décadas el líder del PKK, Abdullah Öcalan. Tres personas, dos de ellas presas, han perdido la vida por este motivo en una semana.

Ayten Beçet. (FIRAT)
Ayten Beçet. (FIRAT)

Como ocurrió el pasado domingo con el preso kurdo Zulkuf Gezen, el cuerpo de Ayten Beçet, la prisionera de 24 años que se ha ahorcado en la prisión de mujeres de Gebze como protesta por el aislamiento impuesto a Abdullah Öcalan, ha sido sacado de forma casi inmediata de la prisión, sin que sus abogados o familiares hayan sido informados.

Los responsables de la prisión se han negado entregar a los abogados la carta que ha dejado Beçet, que llevaba seis años en prisión.

Su padre, Sabri Beçet, ha indicado que el cuerpo de la joven, que era de Siirt pero vivía en Antep, será trasladada al Instituto de Medicina Forense en Yenibosna, en Estambul, antes de ser llevado mañana a Antep para ser enterrado, según informa la agencia Firat.

Cientos de presos políticos kurdos se encuentran desde hace meses en huelga de hambre para exigir el fin del aislamiento de Öcalan, una protesta liderada por la copresidenta de DTK y diputada del HDP de Hakkari Leyla Güven. En este tiempo al menos tres personas han perdido la vida. Beçet y Gezen, fallecido el 17 de marzo en la cárcel de Tekirdag y enterrado en el cementerio de Yeniköy, en Amed (Diyarbakir), se han ahorcado en prisión.

«Nuestro deber, resistir la injusticia»

Una tercera persona, Uğur Sakar, murió el viernes en el hospital de Duisburg en el que fue ingresado tras prenderse fuego en la localidad alemana de Krefeld el 20 de febrero. Sakar se encontraba en estado crítico, con quemaduras en el 64% de su cuerpo, y los médicos no permitieron a la Policía que le tomara declaración.

Antes de prenderse fuego, Sakar dejó una nota en la que denunciaba el aislamiento de Öcalan, el silencio de los países europeos y del Comité para la Prevención de la Tortura ante la huelga de hambre y la «brutalidad policial del Estado alemán y la presión política contra los kurdos».

En su carta, recogida por Firat News escribió: «El PKK nos ha enseñado la filosofía de que ‘la resistencia es vida’. Es nuestro deber resistir la injusticia, dondequiera que estemos». E invitó a los kurdos a «luchar por una vida libre, en lugar de vivir como esclavos».

El Consejo Presidencial del Congreso de la Sociedad Democrática Kurda (KCDK-E), en una declaración escrita con motivo de la muerte de Sakar, ha señalado que «solo hay una cosa que podemos hacer por nuestros compañeros que han alcanzado el martirio: reclamar sus acciones, llevar sus ataúdes sobre nuestros hombros, recuperar su resistencia, que es una resistencia mucho más fuerte. La carta de Uğur Şakar es el manifiesto de nuestra resistencia».