Koldo Landaluze

La producción catalana ‘Els dies que vindran’ triunfa en el Festival de Cine de Málaga

La producción catalana ‘Els dies que vindran’ recibió la Biznaga de Oro en el recientemente finalizado Festival de Málaga. El filme es descrito por su autor, Carlos Marques-Marcet, como «un relato minucioso del embarazo de una pareja que a lo largo de 9 meses ha de aprender a ser tres cuando ni siquiera había tenido tiempo de aprender a ser dos».

El jurado de la Sección Oficial de la vigésimo segunda edición del Festival de Cine de Málaga entregó la noche del sábado la Biznaga de Oro a la Mejor Película a la cinta ‘Els dies que vindran’ –‘Los días que vendrán’–, del director Carlos Marques-Marcet.

Además, esta producción catalana que participó con anterioridad en la Sección Oficial del International Film Festival de Rotterdam, también cosechó la Biznaga de Plata a la Mejor Dirección y Biznaga de Plata a Mejor Actriz –Maria Rodríguez Soto–. De esta manera, el cineasta barcelonés repite el éxito que logró en Málaga en 2014 con su opera prima ‘10.000KM’, por la que recibió la Biznaga de Oro a Mejor Película, Dirección y Actriz, y con la que ganaría el Goya a la Mejor Dirección Novel.

Una experiencia real

La propia pareja protagonista se sumó a esta experiencia más allá de su faceta interpretativa ya que, siendo pareja en la vida real, ella –la actriz Maria Rodrígez Soto–, se encontraba embarazada. Junto a su compañero –David Verdaguer– comparten las diferentes etapas de un proceso profundamente transformador.

Según el director, la idea surgió «en pleno rodaje de ‘Tierra firme’ –una película sobre el conflicto alrededor de la decisión de tener o no tener hijos–, cuando David Verdaguer, uno de sus protagonistas, se enteró de que su pareja, Maria Rodríguez Soto, estaba embarazada. Enseguida sentimos un deseo muy urgente de hacer otra película en la que ese cine y esa vida no se copiasen el uno al otro, sino que fuesen de la mano, acompañándose. Nos pareció el cierre natural a una trilogía accidental en la que, desde 2014, hemos intentado reflexionar sobre la dificultad de construir una vida en común en el marco de una sociedad obsesionada con la búsqueda de la felicidad personal».

En este sentido, el factor tiempo resultó determinante ya que «si todo iba bien el bebé nacería en nueve meses, así que no tuvimos otro remedio que ponernos manos a la obra inmediatamente. Ya de vuelta en Barcelona y de la mano de Maria y David, creamos los dos personajes ficticios que protagonizarían la historia: Virginia y Lluís serían el vehículo de exploración de las diferentes etapas que los actores estaban viviendo durante su embarazo. En esos personajes volcamos algunas similitudes con ellos mismos, pero también muchas distancias que les permitiesen hablar sin ningún tipo de pudor sobre sus conflictos interiores más profundos. Así no tendrían la sensación de estar participando en un reality-show sobre su vida, sino en un acto de creación del que ellos también serían partícipes».

En relación a cómo se desarrolló el proceso de este rodaje, Carlos Marquet-Marcet recuerda que «semana a semana trabajábamos a partir de improvisaciones en las que poníamos en juego los momentos y conflictos que los actores estaban viviendo, siempre a partir de la misma pregunta: ¿Cómo habrían reaccionado a esto o aquello Virgina y Lluís? De esas improvisaciones nacían los guiones de escenas que reuníamos, acotábamos y depurábamos junto a Clara Roquet y Coral Cruz, y que rodábamos durante los fines de semana. No era una película improvisada, sino más bien una obra que construíamos a medida que avanzaba el proceso, y de la que hemos ido aprendiendo mientras la hacíamos, sin saber bien cuales iban a ser los siguientes pasos. Se trataba de crear un juego de espejos donde volcar los conflictos reales e imaginados que nos permitieran explorar a la máxima profundidad posible qué significa para una pareja traer una nueva vida al mundo».