Los resultados de los análisis practicados a dos aves contaminadas con fuel en la costa vasca y landesa han llevado a la Prefectura de Nueva Aquitania y, por lo que afecta a Euskal Herria, también a la de Pirineos Atlánticos, a reforzar las medidas de prevención.

Si en las primeras jornadas tras el naufragio del ‘Grande America’, a 300 kilómetros de las cosas de La Rochelle, el viento sur amortiguó los riesgos de impacto en la costa vasca, el cambio de la dirección de viento, a norte, aumenta las posibilidades de que la marea arrastre restos del fuel derramado por el carguero en dirección de las costas vascas.

En una reunión desarrollada el viernes en Baiona, el subprefecto Hervé Jonathan presentó el balance del dispositivo desarrollado hasta la fecha para afrontar la contaminación en mar que, tras la aparición de las primeras aves muertas, hace prever que en un momento u otro se haga sentir en el litoral más cercano.

Hasta la fecha, la institución estatal ha coordinado las medidas de prevención, en base al dispositivo Polmar, con la vista puesta en financiar las eventuales tareas de descontaminación, caso de que estas fueran finalmente necesarias.

Alerta a los ayuntamientos

A partir de ahí, los ayuntamientos de la costa labortana han sido también requeridos para que procedan a aportar pruebas fotográficas sobre la situación del litoral. De acuerdo a lo explicado por la subprefectura el objetivo es «atestar el estado original de la costas antes de la polución» con la vista puesta en la presentación de eventuales demandas de indemnización.

Por otra parte, en caso de que se descubran vestigios de la contaminación por carburante derivada del hundimiento del mercante, los alcaldes deben prevenir a la prefectura con la mayor celeridad para que la cadena operativa Polmar pueda desplegarse en la zona.

Por el momento, la prioridad es para las labores de vigilancia y también para aportar informaciones detalladas sobre la evolución de la situación en el litoral.

En este sentido, el servicio departamental SDIS procederá a realizar una cartografía aérea pormenorizada, con ayuda de un dron, para poder aportar datos precisos de la evolución de la contaminación causada por el buque.

El mercante ‘Grande America’ sufrió un incendio que provocó su hundimiento, el pasado 12 de marzo, frente a las costas de La Rochelle, lo que llevó al fondo marino su carga de contenedores y a la superficie marítima las 2.200 toneladas de fuel de sus depósitos de combustible.