Imanol Carrillo

Eduardo Blasco busca ser el primer nadador en ganar los estatales francés y español

El nadador donostiarra afronta un nuevo reto de cara al 26-28 de abril en Tarbes: convertirse en campeón del Estado francés en Salvamento y Socorrismo con el club Biarritz Souvetage Cotier. Todo esto después de proclamarse en Elx campeón estatal por comunidades autónomas y haber logrado la mínima para el Europeo con Aletas de julio en Grecia. En setiembre también disputará el Campeonato de Europa de Salvamento y Socorrismo en Riccione (Italia).

Eduardo Blasco, con el gorro con la ikurriña tras fichar por el club Biarritz Souvetage Cotier.
Eduardo Blasco, con el gorro con la ikurriña tras fichar por el club Biarritz Souvetage Cotier.

Hace pocos meses, a finales de 2018, Adelaida (Australia) acogió el Mundial de Salvamento y Socorrismo, en el que tomó parte el donostiarra Eduardo Blasco, nadador de 24 años y profesional desde los 18. En la final de 50 metros arrastre de maniquí un descuido le alejó de las medallas cuando iba primero. Además, logró otros dos octavos puestos en relevos: en el de 4x50 metros combinado así como en el de tubo con rescate, y una decimoprimera plaza en el relevo 4x25 remolque maniquí.

Este acontecimiento le ayudó a crecer, a sumar experiencia y a sumar «un viaje más a la mochila», como él mismo señalaba en un reportaje en GARA tras regresar de tierras australianas, donde se midió con deportistas de países punteros en la natación como Australia, Nueva Zelanda o Francia, y los mejores profesionales del Salvamento de las armadas alemana e italiana.

La de Australia fue su quinta final internacional en Salvamento –dos Europeos, dos Mundiales y unos World Games–. Recientemente, el pasado fin de semana del 1-3 de marzo en Torrevieja, se proclamó campeón estatal absoluto por quinto año consecutivo. Ganó el oro en la prueba de 100 combinada y repitió triunfo en la prueba reina 50 arrastre. Su extraordinario campeonato se completó con la plata del relevo 4x25 y con el triunfo de su equipo, el Noja Playa Dorada. «Solo trato de conseguir lo mejor, espero que todo esto siga creciendo como hasta ahora, estoy muy contento», admite el nadador.

Un palmarés que marea

Así, Eduardo Blasco ha seguido ampliando su palmarés: 21 oros, 7 platas y 6 bronces en los Campeonatos estatales absolutos; 7 bronces, una plata, 21 récords de España y otro récord World Game en campeonatos internacionales; o un tercer puesto en el Campeonato Europeo de Salvamento y Socorrismo de Gales 2015 y un quinto en el de los Países Bajos 2016, entre otros numerosos trofeos.

Pero ahí no queda la cosa, porque en el Campeonato de España de Actividades Subacuáticas por Comunidades Autónomas disputado recientemente en Elx obtuvo cuatro metales, tres individualmente y uno por relevos. Se colgó la plata en los 100 metros y el bronce en los 200 metros, pero el más importante fue el oro en los 50 metros, su prueba fetiche, convirtiéndose para su sorpresa en el primer nadador en ganar más de cuatro años seguidos en esta prueba, la más rápida, con un total de seis años consecutivos –se enteró de este hecho al pedir los datos de la competición–.

Además del oro, Eduardo Blasco logró la mínima para el Campeonato de Europa 2019, que este año organiza la Federación Griega y ha decidido que se organizará en Tesalónica. Era uno de los retos más importantes del nadador donostiarra este año. En 2016 fue bronce en el Mundial de Grecia, desarrollado en Volos.

El reto francés espera

Pero no es el el único reto que se ha marcado entre ceja y ceja. Otro de ellos está a la vuelta de la esquina. Exactamente del 26 al 28 de abril. El donostiarra se prepara ahora para afrontar, como él mismo señala, «la última fase de la aventura francesa», que no es otra que el Campeonato de Francia de Salvamento y Socorrismo. Para ello, ha fichado con el club Biarritz Souvetage Cotier para tratar de ganar también este campeonato. «Allí el Salvamento y Socorrismo es mucho más conocido que aquí. Tiene mucha más visibilidad y es muy motivante competir con gente de mayor nivel», señalaba a GARA.

Logró el billete para el Estatal francés el primer fin de semana de febrero en el circuito de ese país. Logró una marca de 29.03 en los 50 metros, superando el mejor crono anterior, que era de 29.78 realizado por él mismo hace dos años. Mientras tanto, en la prueba de los 100 metros, Blasco marcó un tiempo de 1:03.56, con lo que logró la mínima para participar en el Campeonato de Francia de esta disciplina que se disputará en Tarbes.

El nadador admite encontrarse «muy bien físicamente. Estoy motivado, están saliendo las cosas bien, me han becado en la Universidad, deportivamente, y tengo vuestro apoyo, que para mí es fundamental. Estoy enchufado, como quien dice».

El esfuezo le está dando sus frutos

Lo cierto es que su esfuerzo y premios le están dando sus frutos. «Me he reunido con la Diputación y con el alcalde de Donostia [Eneko Goia]. Me están reconociendo, me están ofreciendo cosas. Voy con cautela, no quiero meterme en historias con nadie, pero es positivo, porque al final se están dando cuenta de que estoy haciendo las cosas bien y además con una idea fija», explica Eduardo Blasco.

El nadador, como reconocía en el citado reportaje para GARA, se dedica plenamente a ello –«por suerte el deporte me permite vivir», afirmaba el guipuzcoano–, aunque tiene claro que «llevo tiempo pensando que mi capacidad vale para más que ganar carreras. Quizás compagine mi actividad como nadador profesional con un trabajo complementario, es posible que a finales de la próxima campaña. No por necesidad económica, pero sí mental».

De momento, como deportista, «en todos los sitios donde he estado fichado en algún momento de mi vida también se me ha reconocido. Eso para mí es muy bonito porque, a pesar de la leña que doy por la radio, a veces opino de una manera un poco controvertida, me están dando premios», admite.

En caso de proclamarse campeón en Tarbes a finales de abril, sería el primer nadador en hacerlo en los dos Estados, español y francés. Seguro que, una vez llegado hasta aquí, no querrá oír aquel refrán de «tanto nadar para morir en la orilla».