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Philippe Gilbert se impone al sprint en el Infierno del Norte que es la París Roubaix

El corredor valón del Deceuninck–Quick-Step ha sido el más rápido en el tercer Monumento del año al batir por velocidad en el velódromo a su compañero de fuga, el alemán Nils Politt (Katusha).

Gilbert, sobre el adoquión seguido muy de cerca por Pollit. (Anne-CHRISTINE POUJOULAT/AFP)
Gilbert, sobre el adoquión seguido muy de cerca por Pollit. (Anne-CHRISTINE POUJOULAT/AFP)

Philippe Gilbert, a sus 36 años, sigue ampliando su palmarés, y con el de hoy en la París Roubaix –la gran clásica de los adoquines ha cumplido su 117ª edición– ya suma su cuarto Monumento. Además, se trata de la 22ª victoria de la temporada de su equipo, que iguala así al Astana, tras la victoria ayer sábado de los kazajos en la Itzulia.

Gilbert iba a por delante cuando faltaban poco más de 50 kilómetros y acababa de dejar de rueda al alemán Nils Politt cuando por detrás Peter Sagan (Bora), último ganador en el velódromo, ha provocado un ataque con el que ha cazado a Politt y a Gilbert, dejando a seis corredores en cabeza (Gilbert, Sagan, Lampaert, Vanmarcke, Politt y Wout Van Aert).

A 15,8 kilómetros de meta, en pleno Carrefour de L'Abre, el veterano Gilbert, como lo había hecho sin éxito a 23 kms para la llegada, ha vuelto a atacar y se ha ido. Solo le ha podido seguir Politt porque Sagan estaba reventado. Ha ido a por él en primera instancia, pero no ha podido responder a un nuevo ataque a 14,3 km de meta. Solo Politt ha podido seguir desde entonces a Gilbert, que dentro del velódromo ha medido muy bien los tiempos para llevarse su cuarto Monumento, por delante de Politt, cuya única victoria es una etapa de la Vuelta a Alemania, el año pasado, y el belga Yves Lampaert (Deceuninck–Quick-Step). Peter Sagan finalmente ha sido cuarto.

De los 260 kilómetros que tiene la París-Roubaix de recorrido, prácticamente el 20% se efectúa sobre tramos adoquinados. En total, 54,5 kilómetros divididos en 29 sectores pasado ya el primer tercio de la carrera. Un auténtico infierno para los corredores.