Àlex Romaguera
BARCELONA
Elkarrizketa
Guillem Fuster
Dirigente de Poble Lliure y número tres de Front Republicà

«Vamos a poner el conflicto catalán en el corazón de la bestia»

La plataforma electoral integrada por Poble Lliure, una de las corrientes de la CUP, el Partit Pirata de Catalunya y Som Alternativa, la formación creada por Albano Dante Fachin, puede ser la gran sorpresa el día 28 en Catalunya. Según Guillem Fuster, uno de sus portavoces, la candidatura aspira a ser un altavoz decisivo en vista a defender el mandado democrático del 1 de octubre.

Guillem Fuster, número 3 de Front Republicà y dirigente de Poble Lliure. (Oriol CLAVERA)
Guillem Fuster, número 3 de Front Republicà y dirigente de Poble Lliure. (Oriol CLAVERA)

¿Qué factores han dado pie a Front Republicà (FR)?
Desde Poble Lliure siempre hemos trabajado para convertirnos en un agente político propio dentro del independentismo de izquierdas, con el fin de incidir en el conjunto del independentismo transversal. Entendemos que no podemos criticar nada si no estamos dentro, por eso participamos en la Assamblea Nacional Catalana o en el Consell Nacional per la República que impulsa Puigdemont desde Waterloo. En este camino, hemos visto que la CUP dejaba un espacio vacío en el campo electoral. Y es entonces cuando llegamos a la conclusión de que hace falta llenar este vacío a base de agregar la izquierda no independentista que se ha acercado al soberanismo desde el respeto al mandato del 1 de octubre. Así lo compartimos con el Partit Pirata de Catalunya y Som Alternativa de Albano Dante, lo cual ha dado lugar a Front Republicà.

Albano Dante Fachin, vuestro cabeza de lista, anunció hace unos días que hubierais preferido una sola lista independentista…
Hubiera sido deseable un solo paraguas electoral que defendiera el mandato del 1 de octubre. Pero no ha sido posible. En cualquier caso, lo importante no es la unidad electoral, sino que en el republicanismo acordemos una estrategia conjunta para avanzar hacia la materialización de la independencia. Esto es lo prioritario y a lo que apelamos públicamente al margen de esta cita electoral.

Si la solución pasa por esta estrategia conjunta en Cataluña, ¿por qué es importante ir a Madrid¿ ¿Dónde no se percibe una mayoría parlamentaria que permita un referéndum? ¿Vuestra presencia se limitará a ser una caja de resonancia del mandato popular?
Vamos a Madrid a generar la ingobernabilidad del Estado hasta que no resuelva el conflicto que vive nuestro país. Se puede ver como una caja de resonancia o, como decimos nosotros, poner el conflicto catalán en el corazón de la bestia. Sea lo que sea, le diremos al PSOE que no se ampare en el “trifachito” para blanquear su apoyo al 155 sino que, si realmente quiere resolver la situación, reconozca la autodeterminación del pueblo catalán.

Pedro Sánchez ya ha asegurado, por activa y por pasiva, que no habrá referéndum.
Entonces, cuando cierre la puerta, instaremos al resto de fuerzas republicanas a aplicar el mandato del 1 de octubre. Pero hay que estar allí para certificarlo y, a la vez, vigilar que JxCat y ERC no rebajen sus lineas rojas y, ante la amenaza de la extrema derecha, se avengan a una investidura del PSOE, hecho que supondría una traición a las aspiraciones del pueblo catalán.

Si vuestro voto puede servir para apoyar una comisión de estudio sobre el problema catalán o alguna fórmula similar, ¿qué haréis?
Para nosotros solo sirve una negociación que aborde la resolución del conflicto. Y eso sólo pasará cuando al Estado le salga negativa la cuenta de resultados. Y tampoco nos vale un referéndum sobre la monarquía, como sugieren los Comuns, ERC y otras fuerzas. Recordemos que el 14 de abril de 1931, Francesc Macià proclamó la República Catalana y dos días después el Estado le obligó a que se integrara en un marco federal renunciando a los derechos nacionales de Catalunya. Por aquí no pasamos.

También os podéis encontrar ante la propuesta de derogación de la Ley mordaza, el blindaje de las pensiones u otras reformas de matiz progresistas. ¿Optaréis por el bloqueo?
Obviamente daremos apoyo a cualquier avance en derechos sociales. Pero entonces exigiremos que se liquide el artículo 135 que fija los límites de deuda pública dictados por Bruselas. Entendemos que el problema es estructural, y a riesgo de quedar atrapados en la dinámica parlamentaria, Front Republicà siempre estará en el polo de la radicalidad democrática en términos sociales y nacionales. Ni será culpa nuestra que continúe la monarquía ni que las elites extractivas laminen los derechos de los jornaleros andaluces.

¿Las discrepancias que pueden surgir entre las fuerzas soberanistas en Madrid no pueden enturbiar la unidad de acción en Catalunya?
Pondrá a cada uno delante del espejo. Pero justamente para evitar estos problemas hace falta la unidad estratégica. Una vez todos y todas hemos asumido que la lucha por la independencia es compartida, plural y diversa, no caben excusas para no abordarla.

¿La aparición de Front Republica es coyuntural o puede desembocar en un actor nuevo que desplace a la CUP de su papel actual?
Es evidente que trasciende el ámbito electoral y surge para articular un bloque de ruptura ampliando el proyecto de la unidad popular. No sólo eso: pone de manifiesto que no hace falta que la gente se vaya a ERC, sino que el soberanismo de izquierdas tiene un espacio propio.

A nivel municipal ya existen otras formas de articular la unidad popular, como Guanyem Badalona o Guanyem Girona. ¿Esta es la receta?
Sin duda, porque nacen en esta lógica de una izquierda autocentrada en construir la República Catalana. Finalmente no se trata de romper la CUP, sino de adecuarse a la realidad catalana que irrumpió sobretodo a raíz del 1 de octubre. Ensanchar el bloque político de progreso en el que el eje central es el independentismo y el republicanismo.

Todo el soberanismo habla del “momentum” en el cual se den las condiciones para materializar la independencia. ¿El ciclo electoral puede ayudar o bien postergar este escenario?
Nosotros insistimos: sin unidad estratégica es imposible que ocurra. De la misma forma que faltan estructuras republicanas que manden en las instituciones, no como en 2017, donde el pueblo estuvo a expensas de qué decía la institución. Y cuando decimos estructuras nos referimos a lo que derive del Consell per la República, como puede ser una Asamblea de cargos electos que lleve a ayuntamientos y diputaciones a no cooperar con el Estado ni con empresas del Íbex 35. Esto y la movilización en defensa de los derechos básicos son claves para empoderar a los sectores populares y conseguir este “momentum”. Mantenerse en el tacticismo, en cambio, no nos lleva a ninguna parte. El 29 de abril, el día después de las elecciones, apelaremos nuevamente a esta estrategia de todo el soberanismo para llegar al objetivo.